Eibar | Silvia Zuluaga
Ha publicado su tercer libro 'La magia de comer bien. Mi tiempo es oro y mi salud, mi tesoro', en el que incide que la falta de tiempo o de habilidades culinarias «no es excusa»
Es eibarresa hasta la médula, reside en Donostia, con consulta en esta ciudad y en Irun, y se formó en Pamplona obteniendo la licenciatura en ... Medicina en la Universidad de Navarra y Nutrición con titulaciones también en la Universidad de Burdeos, junto a una diplomatura en Obesidad y Trastornos del Comportamiento Alimentario. Ha publicado su tercer libro que lleva por título: 'La magia de comer bien. Mi tiempo es oro y mi salud, mi tesoro'. Los dos anteriores fueron: '¡A dieta! En la vida real' (2018) y El peso, ¡por fin, mi amigo!' (2019). Lleva 30 años en la profesión.
–¿Cuál es el motivo de la edición de este tercer libro?
–En mis dos libros anteriores el tema central era la pérdida de peso, pero también bajo la premisa de comer bien. En esta nueva publicación he tratado de ayudar a entender el papel que juega la comida en nuestro bienestar. Le doy importancia al comer bien, pero para que nos sintamos bien. Me he basado mucho en la experiencia y en la relación que mantengo con mis pacientes. Vivimos en un momento en el que hacemos múltiples actividades y perdemos el enfoque de dedicar un tiempo para tratar de comer bien. El cuerpo lo que mejor funciona es con la materia prima con lo que comemos.
–¿Qué recomendaciones ofrece para comer con orden?
–Comer en un entorno agradable y hablando es muy importante. No sólo hay que hablar de comida, pero debemos dedicar un tiempo al comer. Mis pacientes me dicen que hay tanta información que están despistados sobre cuál es la forma idónea de comer bien. Antes, la gente me venía a la consulta con el único objetivo de adelgazar y ahora me piden asesoramiento para comer bien. Me dice mucha gente que quieren vivir mucho, pero comiendo bien. No podemos pensar que el comer es un estorbo. Si comemos bien tenemos una energía diferente a cuando comemos mal.
«No podemos pensar que comer es un estorbo. Comer bien nos da una buena energía»
–¿La falta de tiempo a la hora de cocinar es uno de nuestros males?
–Yo considero indispensable la organización a la hora de comer. Tenemos que dedicarle tiempo a la comida. Por el trabajo que tenemos no podemos siempre comer en un entorno reposado y agradable realizando desayuno, comida y cena en casa. Nuestro cuerpo responde muy bien al orden. La falta de tiempo o de habilidades culinarias no es obstáculo para comer bien.
–¿Existe concienciación?
–Soy nutricionista y entiendo lo que te puede causar o no el consumo de un determinado alimento. Por ello, me he dedicado en el libro a que la gente entienda y se conciencie de por qué resulta tan importante para nuestro cuerpo darle la comida adecuada y no cualquier comida.
–Muchas veces comemos delante de un periódico, revista, y con el móvil en la mesa.
–Lo ideal es no comer así. Si hacemos eso estamos distraídos. Es importante que el cerebro registre que estamos comiendo y que estemos masticando y que estemos obteniendo un placer con lo que hacemos. Con esos comportamientos vamos a terminar comiendo más de lo debido.
–¿Unas recomendaciones puede darnos a la hora de comer?
–Yo recomiendo las legumbres, los cereales, un producto que en un momento dado ha sido un ser vivo. Las que se han fabricado, elaborado o producido tenemos que saber que los como de forma ocasional. Pero lo que ocurre muchas veces que en aras de nuestra salud cambiamos alimentos con nutrientes capaces de hablar con el organismo por productos alimentarios, fabricados, que inflaman. Dejamos de consumir alimentos evitando los huevos por el colesterol, la leche por su contenido en grasa, el plátano por sus calorías, para entrar de lleno en un aumento del consumo de todo tipo de productos alimentarios 'light', descremados, desgrasados, bajos en calorías... Productos fabricados con grasas vegetales modificadas, no con grasas de alimentos vegetales, grasas, que junto con azúcares y edulcorantes varios, poseen una cantidad considerable de sal y aditivos.
«Considero indispensable la organización a la hora de elaborar las comidas»
–¿Recomienda preparar comida para los días posteriores?
–Es importante preguntarnos qué voy a comer mañana. Es importante tener en la nevera un comodín. Si no tengo comida para mañana me pongo manos a la obra: zanahorias, cebolleta, ajos y pimientos de mi fondo de armario y a la olla. Luego añado los garbanzos de bote, tomate y listo. Preparado. Ni 10 minutos.
–Pero un problema con el que nos encontramos es el poco tiempo para preparar un buen plato.
–Yo le doy una vuelta al concepto que tenemos de que comer es complicado y en funcionamiento del cuerpo es simple cuando es al revés. El funcionamiento del cuerpo es muy complejo y comer bien es muy fácil, pero mi especialidad es actuar en tiempo récord. Trato de ser una experta en optimizar mi tiempo. Puedo demostrar que existe un tipo de comida rápida que no tiene que ser insana.
–Y en cuanto al etiquetado, ¿qué nos recomienda?
–Lo más importante del etiquetado es fijarse en el listado de ingredientes; sobre todo, si aparecen ingredientes que tú no tienes en la cocina: pasta de dátil, emulgente, conservantes... Y obviar el resto. En mi caso solo leo etiquetas por interés profesional, para ver qué se cuece en ese mundo. Existen muchos productos que alteran el lenguaje del cuerpo y vuelven locos a nuestros sistemas de regulación, tanto cerebrales como gastrointestinales y alteran nuestros centros de saciedad.
–¿Antes se comía más sano?
–Yo no creo que la cuestión esté en que antes se comía más sano o no. Nosotros de pequeños comíamos chuches, pero de una manera reducida. Cambiamos un regaliz por otro. Antes había las galletas María y nos contentábamos. Ahora los helados son muy grandes, las bolsas de chuches o palomitas también grandísimas.
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