Un rayo golpea el edificio de la Universidad de Oñati y derriba una de las figuras de su fachada

Las piedras, al caer desde altura, quedaron esparcidas en el suelo, mientras que otras de tamaño considerable han quedado atrapadas en el tejado, lo que dificultará su retirada y requerirá la intervención de una grúa especializada. Afortunadamente, no se registraron daños personales ni se han detectado afecciones estructurales graves, aunque la zona permanecerá acordonada como medida preventiva.

A su llegada, los bomberos de Oñati encontraron el perímetro ya asegurado por la Ertzaintza, que había delimitado el área afectada con cinta de seguridad para evitar el paso de peatones. La rápida coordinación entre ambos cuerpos permitió controlar la situación y evaluar los riesgos con celeridad.

Todos ellos se mostraron sorprendidos por el impacto del rayo. «Lo más desconcertante es que hay un pararrayos en el campanario. Nadie entiende cómo ha podido pasar esto, ni nosotros ni los propios servicios de emergencia», señalan. «De momento sólo podemos lanzar hipótesis, pero vamos a investigar lo sucedido para tratar de comprender por qué el rayo no fue canalizado como debería».

Desde el cuerpo de bomberos han señalado que, pese a la virulencia puntual del rayo, no se han registrado otras incidencias destacables en el municipio durante el episodio de lluvias y truenos. La escena, no obstante, dejó una estampa inusual en uno de los edificios más emblemáticos del municipio y una de las joyas del Renacimiento de Gipuzkoa (fue contruida en el siglo XVI), recordando la fuerza con la que la naturaleza puede irrumpir incluso en los lugares más históricos.

Además, en cuanto se ha tenido conocimiento de los hechos, técnicos de los servicios de Arquitectura y Patrimonio Cultural, pertenecientes a los departamentos de Ordenación del Territorio y Cultura, respectivamente, de la Diputación foral de Gipuzkoa han acudido a Oñati, donde han realizado una intervención coordinada junto con el Ayuntamiento de la localidad y representantes de la Universidad. En este sentido, Azahara Domínguez, diputada de Movilidad, Turismo y Ordenación del Territorio, y Goizane Alvarez, diputada de Cultura, han estado permanentemente informadas de los trabajos que se estaban realizando en el lugar.

Los operarios han podido retirar todas las piezas y guardarlas en la capilla. Asimismo, una pieza de grandes dimensiones que se encontraba en el tejado también ha sido retirada por los bomberos con la ayuda de la empresa Ugarte, que la ha guardado en su pabellón.

Como solución provisional se ha colocado una lona para tapar el agujero del tejado, que presenta bastantes tejas rotas.

Este incidente se produce en un momento especialmente delicado para la Universidad Sancti Spiritus, ya que el edificio se encuentra en pleno proceso de rehabilitación impulsado por la Diputación Foral de Gipuzkoa. Hace apenas unos meses, se abrió el procedimiento de licitación para la redacción del proyecto técnico y la dirección de las obras, con un presupuesto máximo de 547.461 euros. El plan contempla no solo la restauración científica de la portada principal y las torres, sino también una intervención integral sobre los elementos ornamentales del claustro (gárgolas, arcos, escudos), la mejora de la cubierta y la resolución de problemas de humedad.

Además, el proyecto busca adaptar el edificio a nuevos usos. Está prevista la creación de salas de estudio, la instalación de un ascensor para garantizar la accesibilidad, y la habilitación de un espacio para la oficina de turismo. Todo ello se desarrollará bajo criterios de eficiencia energética y sostenibilidad, gracias a una financiación de casi 3 millones de euros procedentes de los fondos europeos Next Generation.

Con este panorama, el rayo que golpeó la noche del viernes no solo ha causado daños materiales, sino que podría condicionar los planes ya trazados para la restauración.