«Lo sucedido es desconcertante, había un pararrayos en el tejado»
El Ayuntamiento anuncia una investigación y señala que las piezas más «delicadas» fueron guardadas dentro de la Universidad para evitar más daños o robos
Iker Murillo
Sábado, 12 de julio 2025, 11:41
Sorprendidos. Así se encuentran los responsables municipales del Ayuntamiento de Oñati tras el desprendimiento de varias figuras religiosas decorativas que ha sufrido esta viernes por ... la noche el edificio de la Universidad Sancti Spiritus tras el impacto sufrido por un rayo. «Lo más desconcertante de lo sucedido es que hay un pararrayos en el campanario. Nadie entiende cómo ha podido pasar esto, ni nosotros ni los propios servicios de emergencia», reconocen desde el consistorio oñatiarra. «De momento sólo podemos lanzar hipótesis, pero vamos a investigar lo sucedido para tratar de comprender por qué el rayo no fue canalizado como debería».
El suceso no ha causado heridos pero sí ha dejado daños visibles en uno de los edificios históricos más emblemáticos de Oñati, cuya restauración requerirá ahora un trabajo especializado y cuidadoso. Desde el Ayuntamiento también han querido confirmar que, según las últimas inspecciones, no hay ninguna otra parte del edificio ni del interior del mismo dañada por el rayo.
Fuentes municipales indican a este periódico que en cuanto fueron avisados del desprendimiento «nos acercamos inmediatamente al lugar de los hechos. Fuimos algunos miembros del Ayuntamiento junto con personal del departamento de Turismo y representantes de la Universidad. Llegamos incluso antes que los servicios de emergencia», explican. «Nada más llegar, vimos que había fragmentos importantes esparcidos por el suelo, y lo que más nos preocupó fue que en el tejado seguían muchas piedras grandes, algunas de ellas bastante voluminosas»
La prioridad en ese primer momento fue comprobar si esas piedras sueltas en altura podían representar un peligro inminente. «Lo primero que hicimos fue asegurarnos de que no había riesgo inmediato de que se cayesen. No queríamos que nadie resultara herido. Por eso también nos coordinamos con la Ertzaintza, para acordonar rápidamente la zona y evitar el paso de peatones», relatan.
Una vez garantizada la seguridad en el entorno, procedieron a recoger los fragmentos más valiosos, entre ellos partes de figuras religiosas decorativas de la fachada. «Lo más delicado y reconocible, especialmente fragmentos de santos, lo guardamos enseguida dentro de la Universidad para evitar que pudieran sufrir más daños o ser sustraídos. Son elementos de mucho valor patrimonial y queríamos protegerlos», subrayan.
El resto de los restos pétreos continúan en el lugar donde cayeron. «Nos han explicado que mover todas las piezas ahora podría dificultar su posterior restauración. Es como un puzle: si las dejamos cerca de donde estaban, cuando llegue el momento de recomponer la fachada será más sencillo identificar qué va en cada sitio», indican. «Por eso de momento todo sigue ahí, y las piedras que aún están en el tejado tendrán que ser retiradas con una grúa en los próximos días».
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