Un brote afecta a una veintena de trabajadores de las oficinas de Fagor Ederlan en Eskoriatza

Mascarilla obligatoria, ventilación continua, distancia de seguridad, toma de temperatura a la entrada, limpieza del puesto diaria al finalizar la jornada, otra específica de noche, turnos para comer, separación con mamparas en el comedor, nuevas zonas para las pausa en el exterior, aforos reducidos en todas las salas, visitas restringidas de gente del exterior excepto en casos imprescindibles, reuniones telemáticas a menos que no sea posible, etc. La contagiosidad de la variante británica del coronavirus ha logrado esquivar el riguroso protocolo que hasta ahora había permitido sobrellevar con relativa tranquilidad las anteriores olas de la pandemia en las instalaciones de Fagor Ederlan. Hasta que se la semana pasada se detectaron varios positivos en «un área muy concreta de oficinas» en Eskoriatza, un brote que ha afectado a una veintena de empleados.

Fuentes de la cooperativa explican que los contagios comenzaron a identificarse la semana pasada en una «sección concreta» de oficinas de Fagor Ederlan en Eskoriatza, un área en el que trabajan cerca de 70 personas, del total de 2.000 de la cooperativa, que cuenta con 18 plantas, una docena de ellas en Euskadi. Desde el primer momento se comenzaron a tomar medidas, señalan las mismas fuentes, siempre de la mano de Osalan y en contacto directo con el Departamento de Salud. Así, se implementó el teletrabajo y se realizó pruebas PCR a todos ellos, test que finalizaron este lunes y que se han saldado con una veintena de positivos.

Este brote, «que está acotado», ha desencadenado la reevaluación de las medidas de prevención y la revisión del protocolo vigente, «siguiendo las directrices y recomendaciones al respecto», señalan fuentes de la cooperativa. Para hoy mismo está prevista una reunión del comité de seguridad laboral pero de momento, además de los empleados de la sección afectada, todos los departamentos centrales están teletrabajando.

Las nuevas medidas se encaminan, según avanzan, a que se trabaje desde en casa en todos los puestos que sea posible y a adoptar las directrices pertinentes en las plantas fabriles. «Haremos todo lo que se pueda hacer para que esto no vuelva a pasar», insisten.