El compostaje comunitario pisa fuerte

Las primeras compostadoras comunitarias llegarán antes de primavera al casco urbano. La incógnita es si el 'boom' que se ha registrado las últimas semanas - «hemos recibido un centenar de solicitudes en apenas 15 días» explica el concejal de servicios Iosu Lizarralde-, continúa o se estabiliza.

El proceso participativo sobre el puerta a puerta ha disparado el interés sobre este proceso de recogida de residuos. Ya sea por la reducción de un 25% en el recibo de basura, la libertad de horarios y días para depositar la materia orgánica, o la conciencia medioambiental, las últimas semanas el compostaje comunitario ha ganado adeptos.

Así que coincidiendo con la campaña informativa a los inscritos que arranca mañana, el equipo de gobierno ha repartido un tríptico en todos los hogares, y abierto un nuevo plazo de inscripciones hasta el 5 de febrero «con el objeto de hacer el planteamiento definitivo de espacios».

Distancia mínima

Y es que en función de las familias que se apunten en un barrio puede haber una o varias zonas de compostaje.

El criterio general utilizado por Artelatz en el informe técnico realizado para determinar los enclaves más adecuados, ha sido que haya una distancia mínima de 10 metros sobre cualquier domicilio, que el terreno sea llano, verde, y accesible.

Ese diagnóstico que el Ayuntamiento utilizará para decidir los emplazamientos definitivos establece 16 áreas urbanas, seis de ellas de primer orden, ya que que permitirían dar un servicio general.

Luego depende del interés de los vecinos en algunos barrios habría más de una zona de compostaje o no. «Si en Ugarkalde, por ejemplo, hay muchas familias apuntadas, se dividiría la zona alta de la baja, con dos áreas independientes» explica el concejal de servicios.

Las familias que ya se han inscrito al compostaje comunitario serán informadas a partir de mañana directamente de los pormenores de la iniciativa. Todas las charlas tendrán lugar a las 19.00, y tendrán una duración aproximada de una hora. Mañana y el martes, la cita será en el antiguo Eteo, el miércoles en Kultur Etxea, y el jueves en el Instituto Zuazola.

El funcionamiento es sencillo. El Ayuntamiento habilitará puntos vallados con recipientes en su interior candados, dentro de las cuales las familias apuntadas dejarán su materia orgánica.En el proceso, cada usuario accede al cofre con una llave con libertad de horarios, y deposita los restos orgánicos (fruta, verdura, pan, carne y pescado, cáscaras de huevo ...). Después se arroja una ligera capa de estructurante que puede ser serrín, paja seca o restos vegetales.

Estas hojas y pequeñas ramas pasan por una trituradora para convertirse en un elemento biológico que colabora en el proceso de fermentación de los residuos orgánicos húmedos de los domicilios.

¡Una vez que se consiga el compost, el mismo podrá ser utilizado por los propios vecinos participantes o por el Ayuntamiento para abonar sus zonas verdes y jardines.