La Diputación se compromete a reducir el mal olor de Lapatx

El diputado de Medio Ambiente, Juan Carlos Alduntzin, se comprometió ayer a solucionar los problemas generados en la planta de compostaje de Lapatx. Alduntzin visitó las instalaciones, acompañado del alcalde de Azpeitia, Eneko Etxebarria. Este último, según informa Eli Aizpuru, le expuso los problemas que genera el vertedero, especialmente el hedor y la saturación de las instalaciones.

En Lapatx se encuentra la única planta de compostaje de materia orgánica de Gipuzkoa. Se diseñó para procesar anualmente 3.000 toneladas, pero recibe 6.000 procedentes del contenedor marrón y de la recogida puerta a puerta.

Alduntzin explicó que parte de los restos se llevarán a las plantas de compostaje navarras de Carcastillo o Ziordia. Se prevé un tercer destino, Itsassou, en el País vasco francés.

El transporte de la basura orgánica a territorios limítrofes cesará en cuanto Gipuzkoa disponga de dos nuevas plantas de compostaje previstas en Bergara y en Zubieta.

El alcalde de Azpeitia manifestó al diputado que, al igual que no quiere un basurero en Lapatx, tampoco desea que los haya en ninguna otra localidad. Etxeberria apostó por la «política de basura cero».

Alduntzin se comprometió a «cerrar todos los vertederos», así como a garantizar que el proceso de compostaje «se realice de la forma más adecuada». El diputado señaló que cuando la planta de Lapatx funcione dentro de los límites de su capacidad «será posible producir un compost de calidad y así se reducirán los malos olores».

«Improvisación»

Los problemas de Lapatx han sido denunciados por los socialistas en diversas ocasiones. Denis Itxaso ha explicado que la saturación «es el resultado de la improvisación y la falta de planificación de Bildu. Están incrementando la recogida de materia orgánica mediante el puerta a puerta, pero sin disponer de las instalaciones para su tratamiento».

Itxaso añadió que la derivación de 5.000 toneladas al año de residuos a Navarra tendrá un coste de 200.000 euros. Añadió que el esfuerzo que se pide a los guipuzcoanos para que separen en sus domicilios los residuos «cae en saco roto si se tiene que trasladar la basura a plantas alejadas de Gipuzkoa».