Tabakalera, reinvención en pro de la cultura
Más de 100 años después de que abriera sus puertas como fábrica de tabaco, este icónico edificio donostiarra mantiene hoy su carácter fabril y su atractivo arquitectónico como centro cultural de referencia
El Diario Vasco
Martes, 19 de julio 2016, 20:57
Los visitantes que llegan a Donostia en tren, impacientes por bajarse en la Estación del Norte y deleitarse con las avenidas y las playas de la ciudad, son recibidos a un lado de las vías ferroviarias por una de las construcciones más emblemáticas de la capital guipuzcoana. Situado en Egia, a pocos metros de las aguas del Urumea, el edificio de Tabakalera custodia con su imponente fachada las puertas de Cristina Enea desde hace más de 100 años.
Construído en 1913 como fábrica estatal de tabaco, Tabakalera es uno de los mayores edificios de la ciudad y uno de los solares más grandes del espacio urbano donostiarra. Cuenta con una superficie total de 37.000 metros cuadrados y su edificio principal comprende un rectángulo de 113×75 metros.
Sus características arquitectónicas se corresponden con aquellas de las antiguas manufacturas de la época. Al poco tiempo de su construcción, vivió su época de mayor esplendor en los años 20, después de que la planta experimentara un proceso de mecanización en la producción de cigarros y cigarrillos.
En 1925 Tabakalera daba trabajo a más de mil personas y se convirtió en un referente social de Donostia. Durante 90 años la fabricación de productos de tabaco siguió adelante, contando con una plantilla compuesta casi en su totalidad por mujeres. En 2003, tras la privatización de la explotación de tabaco en España, la fábrica cerró sus puertas.
Ante la oportunidad de aprovechar sus amplios espacios para alguna otra actividad, el Ayuntamiento de San Sebastián, la Diputación de Gipuzkoa y el Gobierno Vasco decidieron comprar el edificio y convertir la antigua fábrica de tabaco en un centro internacional de cultura contemporánea.
La rehabilitación del inmueble se llevó a cabo entre 2011 y 2015, depués de que la renovación arquitectónica de Tabakalera saliera a concurso en 2008. Las obras afectaron, sobre todo, al interior, con el acondicionamiento de las distintas áreas y salas que albergan hoy las actividades que ofrece el centro. En cuanto a la parte externa, la fachada se ha mantenido como estaba para conservar, así, el carácter fabril de Tabakalera. Además, se se ha abierto el recinto a las calles colindantes, eliminando verjas, muros y demás elementos que lo delimitaban.
Aunque si hay una parte del nuevo edificio de Tabakalera que llama la atención, ese es su mirador. Desde que se inaugurara en septiembre de 2015, los donostiarras cuentan un nuevo punto de vista desde el que contemplar las maravillas de la ciudad.