Los nuevos rectores de San Marcos afirman que no está en sus manos cerrar el vertedero

SAN SEBASTIÁN. DV. Los nuevos dirigentes de la Mancomunidad de San Marcos eludieron ayer cualquier responsabilidad en el aplazamiento del cierre del vertedero de Donostialdea, previsto para el lunes pasado. Añadieron que desconocen la fecha en la que se podrá clausurar. En su opinión, la culpa del aplazamiento recae en los anteriores gestores de la entidad y en las mancomunidades de Sasieta, Urola Kosta y Urola Medio, por negarse a recibir el 100% de la basura que se genera en San Sebastián y su comarca.

Ricardo Ortega (EB), presidente de San Marcos, e Imanol Azpiroz (ANV), vicepresidente, afirmaron que si fuera por ellos «el vertedero estaría cerrado mañana mismo». Sin embargo, añadieron que para tomar esta medida es necesario que los vertederos de las mancomunidades de Sasieta, Urola Medio y Urola Kosta abran sus puertas a la totalidad de los residuos que se producen en Donostialdea. Ahora, estas tres mancomunidades permiten el vertido de solo una parte de la basura.

La recepción de los residuos de San Marcos por parte de Sasieta, Urola Medio y Urola Kosta se acordó en la pasada legislatura, fruto de un convenio firmado entre la Diputación, el Ayuntamiento de San Sebastián y todas las mancomunidades. Las tres citadas se comprometían a recibir de forma escalonada la basura de Donostialdea si se aprobaba la construcción de una incineradora en San Sebastián, compromiso asumido por la Corporación donostiarra.

El nuevo equipo rector de San Marcos, emanado de las elecciones municipales de mayo, ha mostrado su oposición a la planta y el resto de mancomunidades han respondido negándose a admitir más basura procedente del vertedero de Errenteria. Por tanto, su cierre es imposible. Los responsables de Sasieta, Urola Medio y Urola Kosta han exigido a San Marcos que ratifique el convenio.

«Incumplen ellos»

Ricardo Ortega afirmó que quienes están incumpliendo el convenio son los responsables de las tres mancomunidades señaladas. «En el cronograma se establece que el 1 de octubre el 100% de los residuos se iban a derivar a los vertederos de Zarautz, Azpeitia y Beasain. Había algunos condicionantes, de los cuales ninguno de ellos está en manos de la mancomunidad de San Marcos llevarlos a efecto». Entre estas premisas se encuentra «la definición del proyecto de incineradora o la tramitación urbanística para la modificación del Plan de Ordenación Urbana de Donostia. Estas eran las únicas condiciones que aparecían para el cumplimiento del calendario de cierre».

Preguntado sobre si la construcción de la incineradora era también una de las premisas recogidas en el convenio para posibilitar el cierre del vertedero, el presidente de San Marcos respondió: «En el convenio, aparte de unos anexos...hay mucha literatura, mucha retórica sobre las bondades del Plan de Residuos. Hasta dónde vicia las estipulaciones concretas, pues no lo sé. Luego se acuerdan cosas concretas, al margen de los antecedentes que se citan».

San Marcos, como el resto de mancomunidades, forma parte del Consorcio de Gipuzkoa, entidad competente para definir el sistema de tratamiento a desarrollar en el territorio. Todas las mancomunidades tendrán que aportar dinero para financiar el Plan de Residuos, donde se contempla la incineradora. Ortega indicó que ante la obligación de participar en el presupuesto, San Marcos quizá opte por abandonar el consorcio. Esta salida podría conllevar que el consorcio decidiera la ejecución de una incineradora para toda Gipuzkoa, pero en la que no participarían San Sebastián y su comarca.

Ortega, preguntado sobre si San Marcos renunciaría a utilizar la planta, para así desarrollar por su parte los sistemas alternativos que ha anunciado, como la recogida de la basura puerta a puerta, indicó que «no me voy a situar en un escenario de más de cuatro años. Tampoco deberían hacerlo los más convencidos de que va a ir adelante la incineradora. Ahí están los tribunales y hay muchas incógnitas».