Dispositivos para mayores que viven solos: así pueden hacerles la vida más fácil
Altavoces inteligentes, cámaras de vigilancia o tensiómetros conectados ayudan a cuidar su salud física y mental
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Los fabricantes se siguen empeñados en añadir funciones cada vez más sofisticadas a sus dispositivos sin reparar en que otra forma de evolución consiste en ... acercarlas incluso a los usuarios que menos entienden de tecnología. Como nuestros mayores, obligados a usar sus teléfonos móviles para absolutamente todo: desde hablar por WhatsApp con sus nietos hasta consultar el extracto de la cuenta bancaria (cuando no comprar unas simples entradas de cine ante la práctica extinción de los taquilleros).
Lo cierto es que, una vez configurados, ciertos 'gadgets' pueden hacer la vida mucho más fácil a las personas en edad avanzada; especialmente aquellos relacionados con el llamado hogar inteligente. A continuación repasamos algunos de los más útiles y el mejor método para dejárselos instalados a nuestra madre o abuelo.
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Altavoces inteligentes
Aunque Amazon ha conseguido instalar uno de estos aparatos en la mayoría de hogares, aseguran las malas lenguas que no está saliéndole a cuenta: apenas los utilizamos para consultar la previsión del tiempo, programar temporizadores o poner música. Sea como fuere, no dejan de resultar un salvavidas para esos ancianos que viven solos. En primer lugar porque permiten conversar de viva voz con tan solo pronunciar la palabra de activación, lo que según numerosos expertos resulta tremendamente positivo para la salud mental de quienes necesitan compañía (un 20% de los españoles mayores de 75 años, según un informe de la Fundación ONCE).
Con todo, lo ideal es que el mayor se comunique regularmente con sus familiares en lugar de con una máquina. Para ello debemos recurrir a la aplicación móvil de Alexa y configurar rutinas específicas. Por ejemplo, que cada vez que el anciano diga 'Alexa, llama a mi hijo', se marque nuestro número; o que el propio altavoz se encargue de recordarle sus citas médicas y las tomas diarias de medicación. Por supuesto, también podemos instalar accesorios domóticos (como un termostato inteligente) para que el usuario los active mediante la voz: 'baja los estores, 'pon la calefacción a 23 grados'...
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Bombillas conectadas y sensores de presencia
Para los mayores con movilidad reducida, andar encendiendo y apagando las luces de casa (o el simple hecho de levantarse en plena noche para ir al baño) puede convertirse en un desafío. Por esto mismo se recomienda instalar bombillas inteligentes en todas las habitaciones: no solo podrán controlarlas con la voz (espetando un 'apaga todas las luces' nada más meterse en la cama), sino que además pueden vincularse a sensores de presencia para automatizar aún más el proceso.
Colocando estos últimos en una habitación, la cocina o el pasillo (por mentar algunos ejemplos), las luces se encenderán nada más detectar movimiento y se apagarán transcurrido el tiempo que les indiquemos. Se reduce así el riesgo de caída para quienes intenten desplazarse en penumbra por no atinar con los interruptores de la luz.
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Móviles adaptados
Aunque ciertos teléfonos inteligentes albergan menús simplificados para los usuarios menos duchos, en algunos casos resulta más aconsejable comprarles un móvil diseñado específicamente para ellos, con teclas físicas de gran formato (para quienes tienen problemas de visión) y botones de socorro claramente identificados (por si sufren algún percance). Al pulsar el botón SOS, el terminal llama automáticamente al contacto de emergencia designado y le envía su ubicación, lo que acorta los tiempos de socorro.
En el mercado también encontramos pulseras y relojes inteligentes capaces de enviar alertas sin intervención del usuario nada más detectar una caída. Cuentan además con la ventaja de llevarse puestos en todo momento (puede que el anciano resbale y no tenga acceso al móvil).
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Cerraduras electrónicas y cámaras de vigilancia
Previa autorización expresa del mayor, otra buena idea es instalar cámaras de vigilancia en las habitaciones principales de la casa para comprobar al momento si alguna de las alertas tienen razón de ser. Basta enlazarlas a la aplicación correspondiente en nuestro móvil para acceder a las imágenes en directo desde cualquier lugar, pudiendo hablar y escuchar a nuestro familiar (por si necesitamos más información sobre su estado o queremos tranquilizarlo hasta que los sanitarios lleguen al lugar).
Asimismo, optar por una cerradura inteligente nos permite brindarle acceso al portero o a un vecino de confianza –algo que nos puede sacar de más de un apuro– para que pueda asistir al anciano de inmediato cuando nosotros nos encontremos lejos.
Constantes vitales bajo control todos los días
Muchas pulseras y relojes inteligentes cuentan con modos para niños y familiares que nos informan puntualmente de su estado de salud, notificándonos sobre frecuencias cardíacas anómalas y otros cambios en sus constantes vitales a partir de mediciones diarias, de las que se extrae una media para detectar patrones anómalos. De hecho, los dispositivos de salud conectados resultan cada vez más numerosos: algunos tensiómetros y básculas permiten exportar sus resultados de todo un año para presentárselos al médico, lo que en algunos casos permite detectar síntomas que de otro modo pasarían desapercibidos.
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