Hombre, dos razones (una sexual) para que cuides tu suelo pélvico
Entrénalo si haces mucho deporte y si quieres disfrutar en la cama
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El suelo pélvico no es solo cosa de mujeres. ¡Los hombres también tienen! (alguno se acaba de llevar una sorpresa, seguro). Y deben cuidarlo. A ... menudo, cuando se habla de estos músculos –que mantienen la vejiga, el recto, los intestinos y los órganos sexuales en su sitio–, se nos mira solo a nosotras. Pero es un error, los chicos no están exentos de sufrir complicaciones... y no tan diferentes a las femeninas.
«Ellos no paren, pero tienen próstata, con todos los problemas que la rodean a lo largo de la vida», señala Alicia López, miembro del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid. Y por ello, deben prestar atención a esta zona, que se convierte en la gran olvidada de nuestro cuerpo, por mucho, incluso, que entrenemos.
Cuando el suelo pélvico masculino no está correctamente en forma o pierde tono por el paso de los años, se presentan algunos síntomas que, por esta falta de conocimiento, no se asocian a estos músculos. Por ejemplo, las pequeñas pérdidas de orina, o la dificultad para retener los gases. También disfunciones sexuales, como la eyaculación precoz. Todo ello puede tener su origen en la falta de tonificación.
A nosotras se nos recuerda muchas veces en las clases de los gimnasios cómo activar el área en determinados ejercicios e, incluso, hay cursos dedicados solo a ellos. Pero en el caso de los chicos, raro es que el monitor les haga partícipes de estas rutinas. «Y es un error. Yo intento implicar tanto a chicos como a chicas», señala Álvaro Puche, licenciado en Ciencias de la Actividad física y el Deporte, y entrenador especializado en fuerza.
– ¿Y qué les dices a ellos para convencerles de que tienen que entrenarlos?
– En nosotros, una fibra muscular de suelo pélvico disfuncional va directamente vinculada a una restricción de oxígeno en el pubis. Si se restringe el oxígeno en el pubis, eso trae como consecuencia una disminución de la función sexual, entre otras cosas. Y eso toca donde más importa. Al oír esto es cuando te dicen: 'Explícame bien, que me pongo ya a trabajar en ello'.
Pero efectivamente, no es por lo único que hay que ponerse a ejercitarlo. También afecta a «la capacidad funcional urinaria» y puede dar lugar al síndrome de dolor pélvico crónico, muy molesto y hasta incapacitante. «Son músculos profundos, pero activarlos no es difícil», anima el entrenador. Eso sí, antes de ponerse manos a la obra con sus clientes, empieza con la teoría porque cree que es necesario que conozcan «y comprenda esa estructura muscular» para que haya éxito. «Al hospital nos llegan muchos casos, pero sí, es verdad que algunos de los afectados no tienen ni idea de cómo funciona el suelo pélvico», confirma López, cuyo trabajo empieza siempre con esto: explicando, incluso con un croquis, lo que hay ahí abajo.
Ojo si corres o haces bici
Ambos expertos coinciden en que es importante prevenir. Es decir, que hay que empezar a trabajar el suelo pélvico cuanto antes. «Es verdad que ellos tienen una ventaja sobre nosotras y es que estos músculos no están atravesados por un agujero, que es lo que en nuestro caso les hace mucho más débiles», subraya la fisioterapeuta. Eso hace que puedan permitirse menos atención a edades tempranas. Sin embargo, en jóvenes «que practican mucho deporte, que son muy pro, que hacen maratones, triatlón, andan mucho en bici...», el tiempo es oro: «Yo les metería a trabajar el suelo pélvico a saco». No es por capricho: «Los deportistas profesionales tienen muy claro que deben entrenarlo para evitar las pérdidas de orina que sufren algunos colegas», señala.
«Cuando empiezan las revisiones de próstata es hora de trabajar el suelo pélvico en serio»
Alicia López
Miembro del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid
A partir de la mediana edad, «cuando empiezan las revisiones de próstata», también conviene ponerse, aunque no se tengan problemas, por lo que pueda venir. López trabaja con pacientes que han sido operados, «bien por una hiperplasia benigna o por un tumor maligno», y ello le ha permitido darse cuenta de algo: «Si han comenzado la estimulación de estos músculos antes de la cirugía, por muy invasiva que sea, su recuperación es mejor y más rápida».
Cada año 15.000 hombres son diagnosticados de cáncer de próstata. A los que hay que sumar los que sufren la hiperplasia benigna, una afección que en las últimas décadas ha crecido de forma notable. Es un número importante. Por ello, López recomienda que en cuanto se tiene el diagnóstico se busque a un buen especialista para ponerse a fortalecer el suelo pélvico. ¿Y si no se ha llegado a tiempo? Tampoco hay que tirar la toalla. Eso sí, hay que tener en cuenta que se tratará de un proceso «lento», sin atajos, y donde la «constancia» es fundamental. «¿Plazos? Es la pregunta del millón, cada caso es un mundo», concluye.
Tres ejercicios para empezar a cuidarte
Si te han entrado ganas de cuidar tu suelo pélvico, practica estos tres ejercicios tres veces al día. Haz diez repeticiones de cada uno, aconsejan desde las clínicas EstudioFisio de Madrid.
Tumbado de espaldas: Flexiona las rodillas y contrae el esfínter uretral y anal (como cuando aguantas el pis, pero no lo hagas durante la micción) durante unos 10 segundos. Deja salir el aire por la boca.
Sentado: Realiza el mismo ejercicio anterior. Si quieres añadir un nivel de dificultad más, levanta las rodillas de forma alterna.
De pie: Cuesta más mantener la contracción, por lo que es muy importante la higiene postural y la concentración.
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