¿Estás en una 'relación marea'? Qué son y cómo dejarlas
«Generan gran adicción», dice una experta
De un tiempo a esta parte se ha popularizado el concepto de 'relaciones marea' y muchas veces ya no sabemos exactamente a qué nos referimos ( ... no, no es a tener sexo en la playa atendiendo a las subidas y bajadas del mar). «Se llaman así porque te elevan y te dejan caer alternativamente, generándote una adicción emocional. Como una marea, a veces te arrastra con fuerza y otras te deja en la orilla, que es tu zona de confort, pero con una sensación de vacío total», indica la psicóloga, escritora y experta en parejas Lara Ferreiro. Metáforas marítimas al margen, es cuando la relación se convierte en una tormentosa sucesión de dramas, rupturas y reconciliaciones (ese momento en el que «el sexo es muy bueno, de ahí también su poder adictivo», tal y como desvela la terapeuta).
¿La consecuencia? Siempre hay uno de los dos que tiene el control y otro al que le toca el papel de víctima (es más frecuente que sean mujeres) y que, a fuerza de tanto altibajo, termina sufriendo un estrés brutal.
¿No se ve venir?
Es la pregunta del millón. Nos solemos creer muy listos cuando lo vemos en los demás, pero no lo somos tanto cuando nos pasa en primera persona. Ferreiro señala por qué: «Suele comenzar con una conexión instantánea: el enamoramiento puede activar hasta doce áreas cerebrales... Según un estudio reciente de la Universidad de Arkansas, el 72% de las relaciones tóxicas tienen este patrón de inicio, porque buscan crear un vínculo rápido». Y, claro, en este contexto de turbación amorosa no pensamos con claridad. Se llama 'love bombing' y es, tal cual, un 'bombardeo de amor', con mucha intensidad y del que resulta complicado sustraerse.
Ay, la bajada...
«Tras el 'bombardeo', que yo lo llamo 'campañita electoral', las 'personas marea' enseguida empiezan a darte cada vez menos, a quitarte atención, todo, hasta incluso desaparecer», indica.Estas apariciones-desapariciones generan lo que se llama un refuerzo intermitente: a nivel cerebral es cuando generamos mucha dopamina (conocida como la hormona del placer) porque nos sentimos bien, cuidados y enamorados –«y esto es muy adictivo, hace que queramos más»–, pero, de repente, nos llega la bajada, cuando nos ignoran, nos retiran atención y el cortisol (la hormona del estrés) se nos pone por las nubes. Eso es, la 'marea' que sube y baja «y que genera un vínculo traumático que puede llegar a ser un maltrato psicológico». A este respecto, en 2018 la Universidad de Maryland realizó un estudio que determinó que en las relaciones intermitentes el cortisol aumentaba hasta un 43% y solía derivar en un estrés crónico.
Ojo a las 'red flags'
Hemos dicho al principio del reportaje que íbamos a abandonar los símiles marineros, pero tenemos que retomar esa vertiente metafórica para añadir un último elemento: el de las 'red flags'. En las 'relaciones marea' hay advertencias, sí, como las banderitas rojas que colocan los socorristas cuando el mar está revuelto y no debemos bañarnos. Otra cosa es que les hagamos caso. «Se suelen ignorar las señales de alerta, de modo que la víctima nunca sabe en qué punto de la relación está, vive en la confusión», apunta la psicóloga, que enumera las principales 'red flags' de las 'relaciones marea': «Ojo con las relaciones que empiezan con demasiada intensidad, el amor sano se hace con el tiempo; si la relación y las 'desapariciones' te producen ansiedad constante, cuidado, ahí no es; hay que evitar idealizar al otro. Por último, si las palabras de esa persona que has conocido no se sustentan con hechos..., ¡mal!». ¿Más indicios? Sí. La persona 'mareadora' te controla más de lo que crees, se hace la víctima a ratos, tira de la culpabilización inversa ('me has hecho daño tú a mí'), te triangula (es decir, te intenta dar celos con terceras personas a quienes 'regala' su atención cuando a ti te la quita), habla con desprecio de tu 'intensidad' y de que no te controlas...
Cómo 'salvarse'
¿Cómo se sale de esa situación cuando estamos agotados de nadar contra corriente, de dejarnos arrastrar y de vernos a la deriva (perdón, otra vez las alusiones marítimas)? Ferreiro es categórica. «Las relaciones marea son intensidad-confusión-agotamiento.Para salir de ahí la fórmula es: admitir que se sufre ese tipo de relación, contacto cero y duelo», resume. En la práctica, dice, esto se puede hacer así. Escribes lo que ella llama 'lista del terror' (las faenas que te ha hecho y cómo sufriste por ello) y la guardas en favoritos del móvil para leerla «cuando te den ganas de volver 'consumir'», es decir, de regresar con esa persona o de preguntarle 'qué tal'. Y esperas 90 días sin contactar. ¿Vuelven las aguas a su cauce con esta receta (ups, otra idea acuática)? La mayoría de las veces, sí. «Lo que veo en consulta es que en el 95% de los casos se soluciona».
Efectos y 'personajes' en la marejada
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Efecto halo Lara Ferreiro indica que en las 'relaciones marea' hay que tener cuidado con este efecto, que hace que la persona de la que nos enamoramos nos genere adicción, porque la hemos idealizado terriblemente.
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'Persona champán' Es la que lo da todo al principio, con mucha parafernalia (al descorchar), y luego pierde toda la fuerza (el gas) y nos deja tirados.
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'Síndrome del salvador' Afecta más a mujeres ('salvadoras'). Perdonan a quien las coge y las deja porque se creen que actúa así por sus problemas y quieren acudir en su ayuda y no abandonarle.
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'Persona tirita' En las 'relaciones marea', cuando la víctima va saliendo, suelen aparecer 'personas tirita', que prometen 'curar' sus males. No es buena idea echarse tan rápido en brazos de alguien.
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