La solución está en la convivencia

La coexistencia en la ciudad de animales de dos y cuatro patas es en ocasiones fuente de conflictos, pero el Ayuntamiento y los amantes de los perros coinciden en destacar el alto grado de civismo de los dueños y la tolerancia del resto de la sociedad donostiarra.

La memoria de la Guardia Municipal viene a demostrar que la solución está en la convivencia. En 2013 tramitó 122 actas de intervención, con sanciones que oscilan entre 150 y 6.000 euros, según la infracción y dependiendo de si el perro pertenece o no a una de las razas catalogadas como potencialmente peligrosas. Esta cifra de sanciones supone un incremento de un 14% respecto al año anterior, que se cerró con 107. El volumen de expedientes es bajo teniendo en cuenta que el ratio de animal por habitantes es más elevado que en municipios vecinos.

El principal motivo de sanción para perros peligrosos fue no tener bozal (30). También se castigó a catorce propietarios por llevarlos sueltos, mientras que otros quince carecían de la correspondiente licencia. En cuanto a los perros no peligrosos, que son la inmensa mayoría de los censados en San Sebastián, 42 dueños fueron multados por no atarlos con correa, cuatro por no tener microchip, cinco por abandono y seis por no recoger las deposiciones.

La Guardia Municipal recuerda que el objetivo de estas actuaciones es «concienciar a los dueños» de estos animales de la necesidad de mantener un comportamiento correcto en lugares públicos y todos los papeles en regla. Las intervenciones fueron consecuencia del Plan de Prevención y Control activado al efecto y las denuncia fueron formuladas mayoritariamente en los casos reincidentes.

En San Sebastián hay censados 15.178 perros, por lo que el porcentaje de multas expedidas es residual y confirma que la mayoría de los dueños respeta las normas. Es obligada la colocación y actualización del microchip cuando una persona se hace cargo de un animal, y 247 están dentro de la categoría de perros peligrosos, aquellos que, por las características de su raza, están sujetos a precauciones especiales entre las que se encuentra, por ejemplo, el bozal. Rotweillers (66) y pitbulls (60) son las razas más frecuentes en este segundo grupo.

La ordenanza municipal data de 1994, con una pequeña modificación en 2010 y otra de mayor calado hace un año. Porque si en el artículo 22 se especificaba que estos animales deben ir siempre sujetos con collar y correa, la nueva norma hace excepciones y permite que los animales puedan correr sueltos o pasear cerca de su amo sin necesidad de caminar atados, al menos en zonas y parques señalados y dentro un horario concreto.

Aiete, Miramar y Arbaizenea

El concejal de Medio Ambiente, Axier Jaka, explica que la ciudadanía está «concienciada» de la obligación de cumplir las normas para favorecer la armonía y valora de forma positiva el mapa del esparcimiento para perros. «Hemos recibido quejas (57) por perros sueltos, por las molestias que genera tenerlos en el balcón -no está permitido, como dar comida a animales abandonados- o maltrato, pero creemos que el grado de satisfacción de los propietarios con la áreas reservadas en la nueva ordenanza es óptimo. Identificamos los espacios en los que se reúnen y cubrimos prácticamente todos los barrios. Lo que sí fue una mala decisión por parte del Pleno fue incluir los parques de Aiete, Miramar y Arbaizenea, ya que tienen fauna y flora exótica de alto valor que sufre las consecuencias».

Las asociaciones defensoras comparten la percepción del edil. Ana Masoliver, educadora canina y miembro de la Asociación Boj, celebra la «tolerancia» de los no propietarios y aplaude las bondades de la última modificación de la ordenanza. «Existen limitaciones horarias, a las playas sólo se puede bajar en invierno y habría que llegar también a puntos de El Antiguo y el Seminario, pero estamos muy contentos porque supone un gran adelanto para nosotros poder llevar el perro sin correa».

Jaka lanza un mensaje a los propietarios para que no relajen sus hábitos, en especial en lo que a la recogida de excrementos se refiere. «El de las heces es un problema real que tenemos y los ciudadanos deben concienciarse de ello. Vamos a incrementar la presión de la Guardia Municipal para solucionarlo. Intentamos hacer una relación de puntos negros para incrementar la vigilancia, pero los focos no están tan definidos. Es uno de los principales motivos de queja por parte de la ciudadanía. También nos llegan denuncias sobre vecinos, pero si no les sorprendemos in fraganti no le podemos sancionar».