¿Y ahora qué?
AINGERU MUNGUÍA
Viernes, 30 de septiembre 2011, 05:08
El Pleno ordinario del mes de septiembre volvió a escenificar la soledad en la que el gobierno municipal va a transitar por las aguas de esta legislatura. Comenzado el otoño político, Bildu aún no asume que la minoría política en la que se encuentra en el Pleno, en las comisiones y en las sociedades municipales le va a exigir llegar a acuerdos con las demás fuerzas políticas. A no ser que quiera que le marquen la agenda durante 4 años. Pretender mantener la virginidad de todas las posiciones que defendió en la campaña electoral será un ejercicio destinado al fracaso. Ayer se lo advirtieron los grupos de la oposición, que tienen el control de 19 de los 27 asientos del Pleno del Ayuntamiento. El miércoles se lo dijeron de forma más cruda: quien tiene el 25% de los votos de la población no puede pretender gobernar al margen de la opinión del 75%. Esos tres de cada cuatro donostiarras no piensan igual sobre el conjunto de asuntos municipales. Pero sí coinciden en muchos puntos en los que Bildu, de momento, no sabe o no contesta. Es el riesgo que tiene presentar el programa de gobierno el 19 de octubre. Política de gestión de los residuos, apoyo al TAV y al Metro de Donostialdea, reforma del Estadio de Anoeta, estación de autobuses... El tiempo de la indefinición se acaba. Lo dije hace poco en estas páginas: gobernar es dejarse pelos en la gatera, sobre todo si se está en minoría. Tomar decisiones exige remangarse y bajar al fango, no esconderse en las alegaciones, en la opinión de los vecinos, o en que hay que estudiar los expedientes. Ahora que hay un carro de mociones que le instan al gobierno municipal hacer cosas que no le gustan, ¿qué va a hacer Bildu?