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Esperando al 'nuevo' puente NuevoEl derribo del puente Nuevo será una de las obras estratégicas de los próximos años. Una actuación de gran envergadura, que tiene sus detractores ... y que parece irreversible. Los expertos tienen claro que se trata de una medida necesaria para prevenir desbordamientos en época de fuertes lluvias. Éstas que siguen a continuación son algunas de las claves de la operación 'nuevo' puente Nuevo.
Grupo opositor. Un grupo de ciudadanos contrarios a la demolición ha remitido un escrito al gobierno municipal, para solicitar que se convoque una consulta popular antes de que fructifique una decisión que parece tomada.La carta está firmada por Angel Yáñez, Beatriz Casteres y Alfonso Zabala Amondarain en representación de casi doscientas personas que también han facilitado sus DNIs. En este comunicado, los firmantes defienden que, para minimizar el riesgo de inundaciones, es necesario solicitar 'a quien corresponda', un sí a limpiar y dragar el río Oria y afluentes, y un no al derribo.
Las personas firmantes piden al alcalde que el Ayuntamiento organice una consulta vecinal «a celebrar en un día festivo». Proponen la colocación de dos urnas. En la primera, depositarían su voto aquellos que optar por la propuesta de «limpiar los ríos y no derribar el puente Nuevo». En la segunda urna depositarían sus papeletas las personas que defienden «la demolición del puente, sin tocar el río Oria y sus afluentes».
Los técnicos lo tienen claro. La demolición del puente es una medida que los técnicos consideran necesaria para evitar, de cara al futuro, los riesgos graves de inundaciones. Es una opción que también han asumido desde el Ayuntamiento todos los partidos políticos con representación municipal. Todos los expertos consultados coinciden al señalar que ni el dragado ni la limpieza de la vegetación de ribera son soluciones válidas para evitar los riesgos de inundabilidad, agrandados además por los efectos del cambio climático.
Cuándo se hará. No puede darse una fecha concreta, pero la obra tendría que arrancar esta legislatura. El Ayuntamiento quiere unir la obra del puente Nuevo con la reforma peatonalizada de Zumardi Txiki, pues entiende que ambas actuaciones están de algún modo unidas. El estudio sobre las alternativas de aparcamiento que está llevando a cabo el gobierno municipal se encuentra a punto de arrojar conclusiones. Se ha realizado un diagnóstico de la situación del estacionamiento de vehículos en Tolosa en su conjunto. Para ello, se han analizado los distintos estudios realizados previamente, la situación de los posibles desarrollos urbanísticos de Tolosa y las posibilidades que estos albergan para aumentar las plazas de aparcamiento, el plan de movilidad urbana, las concesiones administrativas de los parkings, etc.
Tras este diagnóstico, se desarrollarán las alternativas existentes en aras a solucionar el problema de aparcamiento en su conjunto, y la situación de Zumardi Txiki en particular, del que se quieren retirar los vehículos para que los tolosarras puedan ganar un nuevo espacio peatonal de ocio y esparcamiento.
Dos proyectos de puente. Durante una reciente mesa redonda con expertos de la UPV, el alcalde Andu Martinez de Rituerto expuso las conclusiones de la agencia vasca URA que explicarían la necesidad de sustituir el puente Nuevo. También presentó dos proyectos alternativos al actual puente: uno sin pilares, el que más defiende URA, y otro con menos capacidad hidráulica pero, según los expertos, cumpliría los objetivos de evitar la inundabilidad. En este caso, el puente tendría dos columnas y una pequeña elevación en el medio.
El dragado y la limpieza no sirven. Sobre la tesis de limpiar las riberas del río para evitar el derribo, la tendencia es justamente la contraria, según los expertos: descanalizar, mantener la vegetación e incluso eliminar las presas. «Las vegetaciones de ribera son importantísimas para el ecosistema fluvial. Dan sombra al río, hacen un efecto de atemperar el impacto del agua en época de fuerte riada, sirven de parapeto a los plásticos. No es una solución para ganar capacidad hidráulica y los efectos de limpiar las riberas ante las crecidas serían incluso más negativos que positivos», aseguran los técnicos.
Una obra muy incómoda. Los tolosarras tenemos que prepararnos para una obra muy incómoda, que va a alterar el flujo circulatorio en el municipio. El puente Nuevo es un eje importante de paso de vehículos y también peatonal. Y estamos ante una obra larga en duración, que puede prolongarse durante ocho meses o incluso un año. Habrá que diseñar alternativas para minimizar el impacto que supondrá un trabajo de semejante envergadura.
Opciones que se descartaron. Antes de certificar la inevitabilidad de la demolición, el Ayuntamiento barajó otras opciones, como la posibilidad de crear un «by pass» fluvial a la altura del puente, una opción que se desechó por inviable. También se estudió la ampliación de la lámina aguas arriba de Tolosa. Según los técnicos, no son viables tanto las posibilidades artificiales como las naturales de mantener caudales altos aguas arriba, por la escasez de alternativas y la falta de eficacia.
El gobierno lo tiene claro. La conclusión está clara: el puente Nuevo será derribado y sustituido por otro, a pesar del fuerte impacto que esta medida genera en la ciudadanía. «Lo que está claro es que no hacer nada no es una opción. El riesgo de inundabilidad es real. Con el cambio climático, además, se pueden incrementar estos fenómenos. Por eso debemos priorizar la seguridad», ha asegurado el alcalde.
La oposición, a favor, pero crítica. El PNV, desde la oposición, defiende la necesidad del derribo pero también es crítico con el gobierno municipal. Considera que de, alguna manera, EH Bildu no actuó igual cuando estaba en la oposición y el anterior gobierno anunció la noticia de la demolición. El PNV considera que, ante este tipo de medidas drásticas, es necesario «explicarlas y hacer pedagogía». Y se pregunta por qué un día «responsables públicos cuestionan las conclusiones de los análisis y estudios de profesionales de la Agencia del Gobierno Vasco URA (especialistas en geología, ingeniería, hidrología, arquitectura, entre otras disciplinas), y al día siguiente, tras las elecciones municipales, nos digan que han contrastado con otros técnicos muy reputados, y que sí, que la Agencia URA estaba en lo cierto».
Un puente con historia. El puente Nuevo es un elemento importante del patrimonio tolosarra y por eso duele tanto su derribo. Se inauguró el 12 de febrero de 1926. Ha llegado a nuestras manos con muy pocos cambios a la arquitectura que proyectó Guillermo Eizaguirre. Un puente que forma un bello conjunto con las edificaciones de la calle Santa Clara. Por eso, hay arquitectos que aseguran que debería estar protegido en el catálogo municipal de patrimonio, ser restaurado, protegido como el puente de Navarra, y nunca demolido.
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