La caída de dos árboles, la causa de la avería que dejó sin luz a Tolosa

El lunes, una gran parte de los habitantes de Tolosa se vieron sorprendidos por un nuevo corte de luz que duró casi seis horas. Este incidente ocurrió cinco días después de haber sufrido un primer apagón similar que duró tres horas. Al igual que ocurrió el pasado jueves, algunos barrios como Amaroz, Larramendi o Berazubi no se vieron afectados. Desde Iberdrola, empresa suministradora, informan que la situación fue similar en ambos casos. En el incidente del jueves, un árbol -una acacia-, cayó entre unos apoyos en la red aérea del suministro eléctrico. El árbol fue retirado y la zona fue limpiada posteriormente.

Sin embargo, el pasado lunes un segundo árbol cayó nuevamente entre dos apoyos de la red, provocando un corte de luz que se prolongó durante seis horas. Iberdrola no prevé un nuevo corte de luz a corto plazo. Sin embargo, debido a la coincidencia de este «fenómeno natural, ajeno a la empresa» y posiblemente causado por las fuertes tormentas, la compañía está trabajando en la búsqueda de soluciones para proteger sus líneas eléctricas frente a este tipo de situaciones, y la instalación de apoyos adicionales en el área afectada para evitar posibles fallos en la red de distribución. Según detallan, «con las redes eléctricas inteligentes es poco común que ocurran este tipo de condiciones y las incidencias de larga duración son atípicas». No obstante, «el suministro eléctrico no es infalible» y «ocasionalmente pueden presentarse situaciones similares».

En ambos días, el problema afectó a gran parte de la población, lo que incluso obligó al cierre de comercios y oficinas, causando un impacto negativo en las ventas. La asociación de comerciantes Tolosa&Co informa que ha atendido las necesidades y preocupaciones de sus miembros, que han recurrido a ellos en busca de asesoramiento y orientación.

A pesar de que el primer corte de luz duró tres horas, destacan la «importancia» de este incidente al tratarse de la víspera de fiestas, lo cual lo convierte en un «día especial» tanto para el sector hostelero como comercial. Señalan que las pérdidas de ventas y parte del inventario durante ese período han sido significativas. «Lógicamente, nos han expresado su preocupación, enfado y frustración. No solo ha afectado a los negocios de venta de alimentos, también a la hostelería, carnicerías, panaderías, peluquerías y otros establecimientos que se vieron obligados a cerrar», añaden.

«Muchos de ellos no sabían cómo gestionar la situación; estaban confundidos o desconocían cómo actuar en este tipo de situaciones. Desde la asociación, les hemos aconsejado que se pongan en contacto con sus seguros privados, ya que no podemos presentar una reclamación conjunta. La falta de suministro ha afectado a algunas zonas y no a otras, y cada negocio tiene sus particularidades y circunstancias específicas», añaden.

Marta Arizkorreta, responsable de la cafetería-panadería Fika ubicada en la avenida de Navarra, se vio obligada a cerrar su negocio una hora después de abrirlo. «No podía servir las consumiciones a los clientes ni cobrarles. La cadena de frío se vio interrumpida, ya que trabajo con parte de materia prima congelada. Me pregunto si, al igual que nosotros, en estos casos las empresas no cuentan con un seguro de responsabilidad civil o de daños a terceros para cubrir este tipo de perjuicios», explicó

Aitor Balerdi y Miren Pagola, propietarios de la carnicería Miren, ubicada a escasos metros, relatan cómo ha afectado la situación a su negocio familiar, que también ofrece alimentos precocinados. «No hemos recibido ninguna explicación. El impacto ha sido bastante significativo y no se limitó solo a esas horas. Tras el corte de luz, las máquinas seguían en funcionamiento tanto el jueves como el lunes. Cuando volvió la luz el horno estaba en marcha y le faltaba una hora para terminar de cocinar. Tuvimos que continuar con la cocción, pero las envasadoras se detuvieron con la comida en su interior. Después de estar tres horas a temperatura ambiente, perdimos todo ese género... La puerta quedó abierta, pudimos ofrecer cierto servicio cobrando en efectivo, pero no podíamos trabajar bien», concluyen.