Ordizia, una feria con entrada regulada, distancias mínimas y sin mesas frontales para exponer el género

Es uno de los mercados más señeros de Gipuzkoa y de Euskadi, y en sus siglos de existencia nunca había presentado semejante imagen: entrada regulada al recinto, un único comprador por familia, un único vendedor, distancia mínima entre puesto y puesto, uso de guantes, desinfección de manos entre una compra y otra... El mercado de Ordizia no ha dejado de celebrarse en la víspera de San José, aunque lo ha hecho con importantes medidas para cumplir las restricciones por el coronavirus.

Agentes de la Guardia Municipal y voluntarios de Protección Civil han regulado la entrada a la plaza, a la que no se recomendaba acudir a las personas incluidas en incluidas en grupos de riesgo. El aforo en el recinto, al que han acudido diez baserritarras, se ha limitado a 50 personas, y unas cintas de colores colocadas en el suelo han marcado las distancias de seguridad. «Está bien organizado», comentaba una compradora habitual. «A primera hora ha habido más gente, luego ha ido bajando pero parece el ritmo de venta ha ido bien», señalaba sobre esta cita semanal con horario reducido de 9 a 12 horas.

La imagen que ha ofrecido el mercado ha sido bien distinta, ya que los productos no han estado expuestos delante de los baserritarras, sino en una mesa trasera. Las mesas delanteras han estado vacías para que el comprador recogiese la compra.