200 kilos de piparras y buen humor por San Bartolomé

Una de las personas que está detrás del festejo es Patxi Izagirre, del caserío Montes. Tras años de experiencia «entre fogones y sartenes», no duda cuando se le pregunta cuál es la mejor manera de preparar las piparras: «Calentamos el aceite, las freímos durante 10 minutos, y al acabar, un poquito de sal. Listas para comer y disfrutar».

Aunque está en el lado logístico de la fiesta, Izagirre afirma «disfrutar igual que todos de este día tan especial. Llevo colaborando en este evento casi 60 años, siempre con la misma ilusión». Para la degustación popular, diferentes caseríos de la zona traen sus productos. «Unos traen los tomates y yo las piparras. Luego la gente del pueblo viene a ayudarnos», explica.

El buen tiempo reinante durante la jornada ha ayudado a que los cientos de comensales que se han animado a participar de la fiesta gastronómica hayan disfrutado de un ambiente festivo, marcado por la camaradería y el buen humor.

Entre los asistentes estaban las tolosarras Mónica e Izaskun, sonrientes y las dos con ambas manos ocupadas asiendo los platos tras haber aguardado pacientemente su turno. «Teníamos ganas de que llegara San Bartolomé para comer piparras juntas y en el mejor ambiente», confesaban. «Para nosotras el 24 de agosto es un día especial para celebrar en familia y disfrutar de nuestra gastronomía», resaltaba Mónica. Después de comer no tenían claro qué hacer. «Veremos a ver, nos dejaremos llevar por el ambiente».

Hay quien considera la cata de piparras una «divertida lotería». Así lo define Rosa, una ibartarra que no falla nunca a la cita. «Nunca sabes si va a picar o no», subraya. «Es como jugar a la suerte». Y aunque toque una que pica, no importa. «Todas están buenísimas. Tienen un sabor espectacular».