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Una feria semanal que fue denunciada al producir «menoscabos» a otras cercanas

Los baserritarras, siglos atrás, vendían bajo la tejavana de la plaza vieja, y fue en 1926 cuando se institucionalizó con periodicidad semanal

J. U.

beasain.

Sábado, 2 de mayo 2020, 00:26

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La feria semanal de que cada martes se celebra en Beasain, una vez oficializada, en su recorrido inicial se topó con algunos problemas que le llevaron a ser interrumpida.

Hay que rebobinar hasta 1924, cuando el municipio inaugura su Casa Consistorial, las Escuelas Nacionales y el edificio de viviendas para los maestros.

La institucionalización oficial de la feria fue iniciativa del entonces alcalde Jose Gurudi Balanzategui. Él «citó a los baserritarras, quienes desde siglos atrás, vendían sus productos bajo la tejavana de la plaza vieja». Fue una reunión celebrada en domingo, «tras la misa mayor». Les presentó la idea de celebrar los martes el mercado semanal, lo que tuvo «excelente acogida», según recogen las actas.

Con todos los permisos

Se solicitaron los permisos reglamentarios y fueron concedidos. «Un 2 de febrero de 1926, que era martes, se institucionalizó administrativamente la misma. La plaza se reservó para los productos de consumo, y la cubierta para los baserritarras; al ganado porcino se le habilitaron unas cochiqueras tras la casa Sangroniz, (colegio San Martín de Loinaz), y para el vacuno y caballar, la plaza Bideluze». Son datos que albergan loa archivos municipales.

El acuerdo de celebrar la feria los martes se acogió al artículo 150 del Estatuto Municipal y el acuerdo fue tomado en el pleno del 17 de diciembre de 1925.

Tras ese 2 de febrero de 1926, enseguida quedó en suspensión cautelar (hubo varias), tras elevar Villafranca un recurso por «los menoscabos que producía el mercado de Beasain al suyo de los miércoles». Suspensión basada en la R.O. de 14 de septiembre de 1917, que prohibía la celebración de mercados en municipios que disten menos de quince kilómetros entre sí.

Manifestación con la banda

Los recursos presentados por Beasain pudieron mucho más, la Ley seguía vigente y Beasain consiguió mantener su feria. Los beasaindarras llevaron su protesta a la calle en una manifestación sonora ya que a la misma se sumó la banda de música (hay documento gráfico).

Además el periódico 'El Día' del 4 de febrero de 1936 acogía una carta, firmada por Ignacio Cortés (presidente de la Asociación de Comerciantes), Vicente Iraola (de la Asociación de Propietarios) y Juan Barandiaran, del Sindicato de Labradores, dirigida al pueblo guipuzcoano titulada 'El asunto de los mercados de Beasain', como protesta por la situación creada y por cómo el gobernador civil tachó de «rebeldes» a los beasaindarras.

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