Cómo instalar un ascensor en tu comunidad y su coste

La instalación del ascensor en muchas comunidades supone un cambio importante en el día a día de las personas, y desde BELTRÁN intentan que este proyecto sea fácil e ilusionante durante todo el proceso. Joseba Larzabal, director de obras de la empresa eibartarra, nos da algunas claves sobre el proceso de instalación de un ascensor.

¿A qué tipo de empresa debo llamar para poner un ascensor en mi casa?

Muchas empresas pueden instalar el ascensor de nuestra casa, pero muy pocas son especialistas o se dedican a ello en exclusiva. Como ascensoristas, en BELTRÄN consideran «fundamental que en una obra de este tipo el núcleo sobre el que se desarrolle todo el proyecto sea el propio ascensor. En nuestras obras, le damos la importancia que se merece, optimizando sus dimensiones, priorizando los trabajos que condicionen su puesta en marcha y siempre tratando de hacer partícipe a la comunidad mediante un trato personal y cercano, asignándole un único interlocutor», explica Larzabal.

En BELTRÁN se centran «en el ascensor desde su diseño hasta su fabricación, montaje y mantenimiento. Cuidamos cada detalle, llegando a ofrecer a nuestros clientes ascensores solares en los que el consumo es prácticamente nulo y, además, aportando energía para el resto de las instalaciones comunes del edificio».

Para conseguir el resultado deseado y cumplir con todas las expectativas del cliente, es imprescindible que el ascensorista dirija todo el proceso desde el principio hasta el final, trabajando siempre con equipos de trabajo compenetrados y asumiendo la responsabilidad de todos los trabajos a realizar, sin delegar en otras empresas. «La formación de estos equipos son fruto de años de colaboración y de trabajo conjunto. Es la única manera de que los intereses de todos los agentes implicados apunten en la misma dirección», detalla Joseba Larzabal.

¿Cuánto me costará el ascensor?

Si nos preguntáramos cuánto costará la instalación del ascensor en nuestra comunidad, esta respuesta no es única y depende de muchos factores. De unas obras a otras existen condicionantes que afectarán de forma relevante al precio final. Tenemos edificios donde los trabajos de preparación del hueco para situar el ascensor son prácticamente nulos, y otros donde es necesario derribar la escalera por completo y ampliar la superficie destinada a zonas comunes para conseguir el espacio necesario. También hay casos que no se reúnen ninguna de las condiciones anteriores y hay que optar por una instalación por fachada, patio o balcones.

Entre los factores que afectan directamente al precio final del ascensor, tampoco podemos olvidar que la inclusión de un ascensor en nuestro edificio puede implicar el desplazamiento o renovación de varios de los servicios del edificio, como pueden ser las instalaciones de suministro eléctrico, agua o gas. A menudo suele ser inevitable también la afección a locales. Las negociaciones con ellos pueden derivar en trabajos añadidos, compra de espacios o indemnizaciones.

Con esto nos hacemos una idea de lo amplia que puede ser la horquilla de precios en la que nos movemos a la hora de instalar un ascensor en nuestra comunidad. Y cae por su propio peso que el número de propiedades que componen la comunidad es fundamental, ya que en la mayoría de los casos el montante total se repartirá entre todos ellos en función de su cuota de participación. Evidentemente los edificios con mayor número de viviendas por planta cuentan con ventaja en este sentido.

Para salir de dudas y conseguir una idea exacta para cada caso, «lo indicado es ponerse en contacto con una empresa como la nuestra, solicitar una solución a medida y obtener toda la información que hace falta para afrontar un proyecto de esta envergadura», expone Larzabal.

Incorporar un ascensor en nuestro edificio se trata de una de las mayores inversiones que podemos hacer dentro de una comunidad de propietarios, y a su vez una de las mejoras que más repercusión tendrá en el día a día de sus usuarios. A muchos vecinos el ascensor les concede la libertad de poder salir de su propia casa diariamente de una forma autónoma, sin depender de terceras personas. Y no olvidamos tampoco la revalorización que se produce en nuestra casa, o en el caso de una futura compraventa, la diferencia entre venderla o malvenderla.