Quienes marcan el ritmo que hay que seguir

Líder o lideresa es, de acuerdo con la segunda acepción de la Real Academia Española de la Lengua, esa «persona o entidad que va a la cabeza entre los de su clase, especialmente en una competición deportiva». Y esa es la cualidad que mejor define a cada una de las instituciones y empresas que aparecen en este suplemento, organizaciones que son referentes en sus determinados ámbitos y que son un ejemplo a seguir por las demás, sea cual sea su sector.

Ellas son quienes marcan el ritmo y el camino, quienes ocupan la primera posición y a quienes la competencia intenta dar alcance. En esa carrera de fondo que supone llevar una empresa a lo más alto, hay que mantener una regularidad y una estabilidad que consoliden los cimientos de la organización, pero también que permitan mantenerla en lo más alto. La carrera del liderazgo es una competición, porque nadie debe olvidar que hay rivales, pero estaría encuadrada en esas de larga distancia, porque hay que entender que lo importante no es llegar el primero a lo más alto, sino que hay que saber mantenerse en esa cúspide. Siempre deberemos dosificar esfuerzos, saber mantener el ritmo y, sobre todo, ser capaces de marcar el paso, porque eso es lo que nos convertirá en referentes.

Por su carácter pionero, por su saber hacer que se ha mantenido en el tiempo, por su adaptación a las circunstancias y, por supuesto, por sus grandes resultados. Para mantenerse en lo más alto hay que buscar siempre la excelencia, más en un territorio con tanta competencia como Gipuzkoa, en el que el tejido empresarial e industrial tienen arraigo y altas dosis de competitividad. Para ser líder en nuestro territorio, hay que hacer las cosas muy bien.

Y, en estos tiempos que corren, no solo es importante saber adaptarse a las demandas y a los cambios, sino también saber sortear obstáculos. Las empresas que están en lo más alto son organizaciones en muchos casos con una larga trayectoria que, desgraciadamente, saben lo que es sortear las adversidades. Porque, en el mundo empresarial, muchas veces esa carrera por mantener la primera posición se convierte en una prueba de obstáculos en la que, quien sepa sortearlos, saldrá en cabeza. Muchas de estas firmas están acostumbradas a moverse en un plano internacional en el que las crisis, los conflictos bélicos o, por supuesto, la pandemia que vivimos hace tan solo tres años sacuden los cimientos de un ecosistema en el que hoy puede no servir ya lo que hasta ayer era innegocoiable.

En estos tiempos en los que el 4.0 y la inteligencia artificial parecen tener un protagonismo incuestionable, lo cierto es que en las empresas líderes las personas tienen un papel preferente. Existen ciertos intangibles que ninguna tecnología te podrá dar nunca, por lo que estas páginas son también un reconocimiento a esos líderes y lideresas que día tras día comandan estas empresas referentes en nuestro territorio. Ellos y ellas marcan la hoja de ruta de las entidades,

quienes ponen rumbo fijo hacia un objetivo y, para alcanzarlo, ponen también todos los medios. Astutos, estrategas, comunicativos, motivadores, honestos y éticos... Son muchos los rasgos que tienen los líderes de las empresas líderes.

Por todo ello, si el mundo empresarial fuera una carrera, todas estas organizaciones y también quienes las dirigen merecerían, sin duda, la medalla de oro, porque son ellos quienes marcan el ritmo de una prueba que cada vez es más complicado liderar.