«Ahora tengo la tranquilidad de saber qué se hará con mi herencia»
La ordiziarra Carol Garmendia es una de las guipuzcoanas que ha realizado el testamento solidario este año
«Transformar la sociedad en humanidad». Así describía Vicente Ferrer su vocación, y por ende, la misión de su Fundación. Ferrer fue un filántropo catalán ... reconocido como una de las personas más activas en la ayuda social, la cooperación y la labor por erradicar la pobreza en el tercer mundo. Tras múltiples misiones y un trabajo incansable en favor de los estratos sociales más empobrecidos de la India, creó la Fundación Vicente Ferrer en 1996. A partir de entonces, miles de personas tejen una red de colaboración que se ha convertido en «el mayor legado» del cooperante catalán. Una de las últimas personas en sumarse a la causa ha sido Carol Garmendia, pero no aportará su granito de arena en vida. Esta ordiziarra de 49 años hizo hace unos meses el testamento solidario a través del cual legará gran parte de su herencia a la Fundación Vicente Ferrer.
«Lo hice hace muy poco, este mismo año. Cumplimenté toda la documentación y ahora tengo que pasar por la notaría otra vez para la firma definitiva», explica Carol. «Siempre lo tenía en mente, pensaba mucho en la idea de hacer un testamento solidario pero nunca me animaba. Finalmente un día me decidí y fui a la notaría», admite. Una vez tomada la decisión, la ordiziarra contactó con la entidad no lucrativa a la que va a legar parte de su herencia. «Hablé con la Fundación Vicente Ferrer y les notifiqué mi intención, luego cogí hora en la notaría para completar todos los trámites».
Pero esta no es la primera vez que Carol colabora con esta fundación. Se ha asegurado de dejar su legado a buen recaudo, a cargo de una organización con la que tiene afinidad. «La conozco. Es la que más me gusta, me parece que trabajan muy bien y les sigo mucho», asegura esta ordiziarra. «Tengo un niño apadrinado a través de la fundación y cuando solicitan ayudas para algún proyecto concreto también procuro hacer una pequeña aportación».
«Ahorra problemas»
Carol Garmendia, a sus 49 años, contrasta con el perfil habitual de las personas que realizan el testamento solidario. Desde la plataforma Haz Testamento Solidario establecen la edad «más habitual» en los 60 años.
«Suelen ser personas que han pasado por el fallecimiento de algún familiar y se han dado cuenta de que el testamento es un proceso importante que te ahorra problemas o bien están a punto de jubilarse y quieren dejar todo organizado», detalla Leyre Ayastuy, portavoz de la organización. «Es poco probable que una persona de 30 años se plantee hacer el testamento. Pero hemos detectado que cada vez más adultos que rondan los 40, que tienen hijos y un patrimonio estable, se interesan por este tipo de testamento».
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