«Me rodearon y me arrastraron por el suelo, un compañero me sacó de allí»
Agentes piden otro tipo de material antidisturbios con efecto disuasorio contra los botellones
EVA MOLANO y GORKA SECO
Martes, 27 de julio 2021, 06:40
Los agentes que participaron en los operativos de control de los disturbios más graves sucedidos este fin de semana en Euskadi denuncian la extrema agresividad ... de los jóvenes congregados en los botellones que acudieron a disolver entre una tormenta de botellas. Están enfadados y se sienten impotentes y desprotegidos por las instituciones. Uno de los episodios más lamentables arrancó la tarde del sábado en Villabona, donde la noche terminó con cuatro agentes heridos, un joven de 20 años detenido y la quema de contenedores.
Las aglomeraciones comenzaron sobre las seis de la tarde pero la situación se descontroló a medianoche y los agentes de la comisaría de Hernani tuvieron que acudir en apoyo a las patrullas locales, pero se vieron obligados a recular por el empuje de la multitud. Gorka, nombre ficticio de un ertzaina que participó en el operativo con 16 años de servicio a sus espaldas, fue de los primeros en acudir. Se encontraron con más de 100 personas, cantando, «envalentonadas», que les insultaron y comenzaron a arrojarles objetos. Fue el botellón «más heavy y violento» al que ha asistido. Les lanzaron piedras, vasos, botellas y todo lo que tenían a mano. «La lluvia era constante. Uno de mis compañeros resultó herido por una pedrada en la pantorrilla», relata. Golpearon incluso el coche patrulla. «Estábamos cuatro 'pelaos'» y solicitaron el apoyo de la Brigada Móvil. Aun así no «éramos los suficientes para disolverles». «La gente estaba muy crecida y se fueron envalentonando. No podíamos entrar en el cuerpo a cuerpo, que en cierta manera es lo que buscan, porque estábamos muy pocos. Si entras, te comen. Lo viví con mucha tensión y nervios». Los jóvenes «más activos» se habían fabricado incluso escudos de cartón, «ya que saben que les protegen de los proyectiles Foam», explica, recordando que las pelotas de goma tenían un mayor efecto disuasorio. «Antes nos tenían más respeto. Se dispersaban con las sirenas. Pero nos lo han perdido. Ahora les sale gratis insultarnos y tirarnos objetos».
Con la llegada de refuerzos, los disturbios se fueron controlando. «Muchos ya tenían una borrachera importante y se fueron replegando», según este agente, que critica que «tampoco te dejan actuar. Después tenemos que justificarnos y defender nuestra inocencia. Está montado así». En Arrigorriaga, cinco agentes de la Policía Municipal resultaron heridos por el golpe de botellas de cristal o por contusiones al disolver un botellón sobre las 2.45 horas del sábado, en el que participaban «entre 100 y 200» personas. Al llegar se encontraron con el rechazo de «una pequeña parte». Arremetieron contra ellos lanzándoles toda clase de objetos, entre ellos piedras y botellas, e incluso a puñetazos. «Mientras estaba intentando inmovilizar a uno de los investigados, me rodeó un grupo de personas, me arrastraron por el suelo y me golpearon. Un compañero me tuvo que sacar de ahí», relata uno de los policías agredidos. Ninguno de ellos está de baja. «Estamos con magulladuras pero podía haber acabado mucho peor», advierte. Tres personas están siendo investigadas por atentado contra la autoridad y se han abierto cinco actas por infracción de la ley de seguridad ciudadana. Entre los sindicatos policiales crece la preocupación por la escalada de violencia hacia los agentes. «Nos hemos convertido en parte del programa de las 'no fiestas' a falta de toro de fuego».
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