La subida del canon del agua en Euskadi afectará más a las zonas rurales
En vez de por el litro que sale del grifo, se cobrará por los captados de ríos y embalses, lo que penaliza las fugas, superiores en comarcas más dispersas
josé domínguez
Sábado, 21 de diciembre 2019, 07:40
El canon del agua, la tasa ecológica que existe en Euskadi desde hace diez años y que busca racionalizar y fomentar el consumo responsable ... y sostenible de este bien de primera necesidad (consagrado como un derecho universal), recauda dos millones de euros al año. Pero apenas llega a gravar el 14,9% del volumen total que llega desde los embalses y los ríos. Entre otras razones, porque buena parte del suministro, hasta cuatro de cada diez litros, se pierde en fugas y averías, según reconoció hace un mes el consejero de Medio Ambiente, Iñaki Arriola. El Gobierno Vasco ha modificado la normativa, cuya actualización entrará en vigor el 1 de enero de 2021, y la novedad más llamativa es que se pasará de cobrar por los litros que salen del grifo a hacerlo por los captados directamente de las captaciones.
El Ejecutivo justifica el cambio en la necesidad de reducir los derroches, pero admite que, al mismo tiempo, multiplicará los ingresos por este gravamen un 233%, hasta los siete millones. Y eso que ha reducido su coste de seis céntimos a tres por metro cúbico. Además, también la Agencia vasca del Agua URA, de la que depende esta tasa, pasará a girar los recibos, no a los usuarios directamente, sino a los consorcios y entes gestores del abastecimiento.
La renovación de la tasa conllevará una subida generalizada de los recibos de los usuarios, según consideraron todos los partidos en el pleno celebrado ayer en el Parlamento Vasco. Ven «más que previsible» que los suministradores acaben trasladando a la factura parte de este gravamen. Aunque las más perjudicadas serán las zonas rurales y agroganaderas, las comarcas menos pobladas, grandes y dispersas, donde las redes de abastecimiento son más extensas, están peor y su mantenimiento se antoja más complicado. Así lo reconoció ayer el portavoz del PNV Mikel Arruabarrena en el debate de una moción presentada por el PP.
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