Mi madre pensó el lunes que lo tenía hecho. Recibió un SMS diciéndole que en el sorteo de la Pfizer, la Moderna y la AstraZeneca ... le había correspondido un número para entrar en el siguiente bombo. Feliz, me preguntó que cómo iba aquello, que si había que mandar un Whatsapp, un correo o entrar en una página 'güel' (sí, se refiere así a las páginas web, al menos tiene la suerte de saber lo que son), o tenía que esperar a que le llamaran como a mi padre, que no tiene teléfono móvil. Respondí al S.O.S. y nos conectamos juntos a la página de cita previa de Osakidetza. «Esto será pan comido, cuando te dicen que pidas vez es que te la dan al momento fijo», confiaba. Una pequeña espera, introducir los datos, atravesar la pasarela con el servidor y... agua.
«Será la del principiante, a la segunda entramos fijo», le dije. No había otra opción ya que el mensaje llegó cuando el centro de salud del pueblo plegaba velas. Venga, ahora sí, un pasito más y... ¡Error 404! «¡Qué bien hijo! Ves, solo tenemos a 403 personas por delante, te dije que la vacunación empezaba a ir rápida, que lo he leído en el periódico. Coge ahora cita para tu padre», escrutó optimista la ama. Cómo explicarle que no había entendido bien el mensaje, que volvíamos a la casilla de salida de la pasarela web. Al momento otro mensaje: 'Failure of Web Server bridge', o su traducción en castellano: 'se jodió el invento'.
Seis horas después nadie había arreglado el 'bridge', que sufría más que el puente de Tacoma con un temporal de viento. No hay nada como sufrir en carne propia aquello por lo que llevan semanas quejándose vecinos, conocidos y público en general. Pues nada, a esperar otro turno de vacunación como si fuera la actualización de ofertas de Amazon en el 'Black Friday'. Y habrá que pillar la que toque sí o sí, como si te ofrecen un descorazonador de manzanas a mitad de precio. No vaya a ser que ese tren no pase más: siguen llamando a vacunarse a los fallecidos así que seguro que si al segundo SMS no respondes te dan por amortizado.
Tan absurdo es el sistema de citas por SMS para mayores de 74 como pronosticar el pico de la actual ola
El verano pinta mal y ya casi nos conformamos con que no nos obliguen a ponernos la mascarilla en la toalla
En fin, hará falta hacer autocrítica y depurar los errores cuando toque. Las autoridades no se cansan en repetir que entienden que la población tenga fatiga pandémica pero deberían entender que la fatiga del pueblo en este momento no es solo pandémica. Que con toda la razón ellos también estarán agotados –faltaría más–, pero a veces todo torna en una tomadura de pelo insufrible.
No me refiero solo a la brillante idea de hacer que los que tienen entre 75 y 79 años se tengan que buscar la vida para acertar a dar con una cita a través de la web de Osakidetza. También hablo del que pronostica que la cuarta ola de la pandemia va a tocar techo en siete días cuando apenas sentíamos el efecto de la Semana Santa en los datos. Del que salva Navidad y Semana Santa, se sorprende que luego nos golpee una nueva ola y justifica otra vez que 'si se cumplen las medidas esto no pasaría'. O los que deciden abrir los bares o cerrarlos en su totalidad sin contemplar en ningún momento clausurar solo su interior como alternativa como han explorado comunidades cercanas.
No nos puede sorprender una segunda ola sin rastreadores, una tercera sin alternativas al toque de queda, un plan de vacunación con escasez de vacunas y convocando por SMS a los mayores, y una cuarta ola favorecida por una mayor movilidad en días de vacaciones. El error puede ser alabado una primera vez; debe ser perdonado una segunda oportunidad; criticado con severidad una tercera; pero no puede ser asumido en una cuarta ocasión. Cualquiera que se hubiese saltado las restricciones cuatro veces sería duramente criticado por su actitud y falta de solidaridad frente al resto.
No sabemos en mayo qué pasará tras el fin del estado de alarma, tampoco tenemos noción de si una segunda dosis de Pfizer complementará a la primera de AstraZeneca. El verano soñado en 2021 va camino de una pesadilla peor que la Copa del Rey para el Athletic y nos estamos conformando con que no nos obliguen a llevar la mascarilla en la toalla en la playa. No es plan de volverse un Bosé negacionista, pero hay cosas que ya pasan de castaño oscuro. Vivimos en un constante ¡Error 404!
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