La relajación en la exigencia del pase covid en Euskadi atenúa su eficacia un mes después

Los pequeños locales ya esgrimieron desde el principio la dificultad de hacer cumplir la norma, por lo imposible que les resulta poner a una persona extra en la puerta para su vigilancia. Algunos hosteleros, de hecho, han repartido 'covid txartelas' no oficiales entre los clientes y usuarios asiduos para no pedirles el documento cada vez que quieran acceder al interior. Otros sectores interpelados, donde también se exige esta llave de acceso, tienen más sencillo el control puesto que los usuarios son habituales, como ocurre con las visitas a residencias o con los socios de un gimnasio.

«¿Está vacunado?», preguntan en un local hostelero en Donostia cuando se pide desde la barra. La respuesta afirmativa permite el consumo en el interior. No abundan los clientes dentro. El sol de estos días ha llenado las terrazas, donde no es obligatorio presentar el documento. La escena se repite en la veintena de establecimientos visitados, entre la Parte Vieja y el Centro, y también en Irun, donde abundan además los turistas franceses.

Tan solo uno de ellos se pide el certificado de vacunación a los clientes que accedían al interior. La comprobación del mismo, sin embargo, se lleva a cabo con un simple chequeo visual, sin escanear el código QR con el dispositivo pertinente o cotejándolo con el documento de identidad del propietario. «Conozco prácticamente a todos los clientes que están aquí ahora y en algún momento todos me han enseñado el pasaporte. No voy a estar pidiéndoselo cada vez que entran», se excusan desde otro local.

En los restaurantes, la medida se aplica con mayor intensidad, con lectura de código y en algunos casos, presentación de DNI. La colaboración de la clientela es clave. «La mayoría viene con pasaporte, prácticamente todo el mundo. Yo no me he encontrado nadie que no y sé que algún compañero sí, pero yo no lo he visto. Supongo que la gente sabe lo que hay y no viene porque sabe que se lo vamos a pedir», comentan en un restaurante de Irun.

La Asociación de Hostelería de Gipuzkoa defiende que «mayoritariamente se está pidiendo y se está cumpliendo, aunque sabemos que hay gente que no lo está haciendo». Admiten, no obstante, que los primeros días existieron dudas para su aplicación y control. «Todo era muy raro porque no estamos acostumbrados a pedir ningún tipo de documentación a nadie, y no sabíamos muy bien ni cómo escanear los pasaportes ni nada. No nos dijeron ni cómo hacerlo, pero ahora ya se ha normalizado todo», explican.

Desde la Asociación de Salas de Cine de Euskadi (EZAE) aseguran que la petición del pasaporte covid lleva cumpliéndose desde la entrada en vigor de la norma el pasado 4 de diciembre. Recalcan la «ambigüedad que, una vez más, ofrecía el decreto» con respecto a su aplicación concreta a las salas de cine, algo que finalmente «se aclaró» tras el documento de preguntas y respuestas publicado el día 17 por el Gobierno Vasco. «A pesar de que este no tiene valor de ley», aseguran.

Desde EZAE consideran que la medida no ha afectado a la asistencia del público más fiel, aunque puntualizan que «una minoría sí mostró su descontento en los primeros días y a ese público lo hemos perdido».