Proponen un programa piloto
para dispensar antirretrovirales
en las farmacias vascas
Colectivos vinculados con el sida consideran que la medida mejoraría la calidad de vida de los portadores del VIH
Representantes del Consejo de Farmacéuticos de Euskadi y de las asociaciones Harri Beltza, EuskalSida y Gehitu han propuesto al Departamento vasco de Salud que ponga en marcha un programa piloto que permita a las farmacias dispensar medicamentos antirretrovirales como se hace en los hospitales de referencia. Consideran que de esta forma habrá una mayor adherencia al tratamiento y mejorara la calidad de vida del portador del VIH.
En ningún caso se trata, han asegurado en una rueda de prensa ofrecida esta mañana, de que las farmacias de los hospitales dejen de proporcionar estos medicamentos «sino abrir más las posibilidades y eliminar barreras». En la actualidad, los 7.000 portadores diagnosticados que existen en la Comunidad Autónoma de Euskadi deben acudir a sus hospitales de referencia que en muchos casos están saturados o a bastantes kilómetros de su residencia. Además, cuentan con un horario restringido que en la mayoría de los casos coincide con la jornada laboral de forma que el paciente debe solicitar permiso una vez al mes o al trimestre, según la etapa en la que se encuentre su tratamiento, para por recoger los fármacos. Estas trabas «llevan al desapego del tratamiento».
«Se sabe que el estigma internacionalizado, o el excesivo peso en tiempo y dificultad de acceso a los tratamientos pueden influir en la pérdida de adherencia a los mismos para muchas personas con VIH», señalan. Por ello entienden que «las autoridades sanitarias deben favorecer y facilitar un servicio más cercano a los pacientes y la libertad de elección del modo en que quieren acceder a su medicación mensual. No se trata de rebajar los actuales controles, sino que manteniéndolos, se ofrezcan alternativas más cómodas y accesibles a los pacientes por un lado y, por otro, evitar el crecimiento de las resistencias a los actuales medicamentos con el consiguiente coste a la Sanidad Pública», según ha argumentado Marta Pastor, presidenta de EuskalSida.
Estos colectivos han tomado como referencia a Portugal, país que ha realizado un estudio piloto en el que el 97,8% de los pacientes con VIH que participaron eligieron acudir a una farmacia de referencia para que se les suministraran los tratamientos antirretrovirales, en lugar de acudir a recogerlos a los hospitales. En la actualidad, ha indicado Ander Prol, de Gehitu, «ya se dispensan habitualmente en las farmacias».
Miguel Ángel Gastelurrutia, presidente del Consejo Farmacéutico de Euskadi, ha hablado de la necesidad de cambiar el estatus legal de estos medicamentos porque las terapias han cambiado radicalmente en los últimos años. «Antes se basaban en farmacoterapias complejas y caras y eso justificaba que se aplicaran en las farmacias hospitalarias o centros con permiso. Ahora son más sencillas, a base de pastillas. Una vez diagnosticados se convierten en pacientes crónicos, como lo puede ser un diabético o un hipertenso, y además de dispensarles los medicamentos podemos hacer su seguimiento e incluso avisarles de cuándo deben ir a recogerlos».
Gastelurrutia, también presidente de los farmacéuticos guipuzcoanos, insiste en que la propuesta no trata de excluir a nadie «sino entre todos llegar a un protocolo consensuado y ver si realmente existe esa demanda». También recuerda que para realizar esta prueba piloto no haría falta cambiar la calificación de los fármacos, que corresponde a la Agencia de Medicamentos, dependiente del Ministerio de Sanidad, sino que los hospitales remitirían los antirretrovirales a las farmacias que a su vez las dispensarían a los pacientes.
Los impulsores de la propuesta recuerdan que «en las farmacias se realizan pruebas del sida» y, como señala Joseba Errekalde, presidente de Harri Beltza y miembro de EuskalSida, «son espacios más amables y cercanos que los servicios del hospital, que están abiertas por las mañanas y los martes y jueves una hora por la tarde, donde tienes que hacer largas colas para que al final te den una bolsa con todos los medicamentos. Hace años servía para que el médico realizara el seguimiento y comprobara que se sigue el tratamiento, pero ahora el sistema ya no es ese».