
Secciones
Servicios
Destacamos
J. F.
Martes, 10 de junio 2025, 13:04
La preocupación por los niveles de mercurio en el pescado es un tema recurrente en la salud pública, y el doctor Nicolás Olea, catedrático de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Granada y director de un grupo multidisciplinar que estudia medioambiente y salud, ofrece pautas claras para una alimentación segura. Su grupo de investigación se centra especialmente en la relación entre disruptores endocrinos y cáncer.
Como explica Olea, las autoridades sanitarias ya han emitido varias advertencias importantes sobre el consumo de pescado «grande» especialmente a «mujeres en edad fértil, a mujeres embarazadas y a niños menores de 14 años». En concreto cita a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición para realizar esta recomenación, que personalmente extiende al resto de la población. «Europa ha sido contundente con España y Portugal y les ha dicho que como sigáis sin establecer restricciones de consumo de pescado grande y viejo a la población general os vamos a obligar a que pongáis los mismos señales que en el tabaco: 'Para adultos bajo su responsabilidad'».
El principal problema radica para Nicolás Olea en los grandes depredadores que acumulan metales pesados como el mercurio a lo largo de su vida. Estos son los ejemplos que menciona:
- Atún: Es rico en omega 3 pero tiene muchos metales pesados, «absolutamente todos, sobre todo el mercurio». Aunque tradicionalmente valorado, el atún, especialmente el enlatado, puede ser problemático. Un estudio reciente de epidemiólogos españoles sobre el mercurio en el atún enlatado en España ha revelado que «primero se enlatan animales grandes, gordos y viejos. Es preocupante sobre todo en los atunes baratos».
- Mero: aunque es apreciado y muy consumido por lo sabroso de su carne, el doctor Olea lo desaconseja.
- Cazón y todas las formas de tiburón
- Salmón: «a menos que sea salvaje o silvestre, lo cual no siempre se puede saber», explica
El Dr. Olea advierte que «los que son grandes depredadores que se comen a los pececitos, esos están cargados» con estas sustancias nocivas.
La buena noticia es que existen numerosas opciones seguras y recomendadas, que además suelen ser más sostenibles. La clave, según el doctor Olea, es optar por consumir «pescado pequeño y de cercanía». Entre los más aconsejables destacan:
- Verdel o caballa: Están «absolutamente limpias». Si tienes que elegir en el mercado, «coge la caballa porque es un pez mucho más pequeño»
- Anchoa o boquerón
- Sardina
- Pulpo
- Calamar
- Salmonete: Aunque el salmonete es un poco más grande, también se considera una opción viable.
En resumen, la elección consciente del tipo de pescado es fundamental «para proteger nuestra salud y la de nuestros hijos», explica Olea. Priorizar especies más pequeñas y de aguas cercanas como el verdel o caballa puede marcar una gran diferencia en la ingesta de metales pesados como el mercurio.
La caballa o verdel es un pescado azul versátil y altamente beneficioso para la salud, siendo una excelente opción para equilibrar la dieta debido a sus destacadas propiedades nutricionales. Uno de sus atributos más importantes es su elevado contenido en ácidos grasos omega-3. Estos nutrientes son esenciales porque ayudan a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre, según destaca en un informe la Clínica Mayo, lo que disminuye significativamente el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y mejora la salud cardiovascular.
Los ácidos grasos omega-3 también contribuyen a reducir la presión arterial, la formación de coágulos sanguíneos, y mejoran la elasticidad de los vasos sanguíneos, además de reducir la inflamación. En personas que ya han sufrido ataques cardíacos, estos ácidos pueden reducir el riesgo de muerte súbita. Asimismo, la caballa es una fuente rica en proteínas de alto valor biológico, proporcionando todos los aminoácidos esenciales necesarios para el desarrollo muscular y la reparación de tejidos.
Además de sus grasas saludables y proteínas, la caballa es un alimento completo por su riqueza en vitaminas y minerales esenciales. Es una fuente excepcional de vitaminas del grupo B (B1, B2, B3, B6 y B12), vitamina D (crucial para la absorción de calcio y la salud ósea), y vitaminas A y E (importantes como antioxidantes y para la piel y la visión). El consumo regular de verdel, gracias a la vitamina D y el selenio, refuerza el sistema inmunológico y previene enfermedades degenerativas. El DHA presente en los omega-3 es esencial para la función neuronal y puede ayudar a proteger contra enfermedades neurodegenerativas.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Así se hace el lechazo deshuesado del restaurante Prada a Tope
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.