El LABI debate hoy si vuelve a restringir medidas para frenar fiestas juveniles

La alta transmisión de la «imprevisible» variante Delta preocupa al Ejecutivo de Urkullu, que está a la espera de conocer las recomendaciones de los técnicos esta mañana para analizar después si es conveniente adoptar más restricciones ahora que la campaña de vacunación está abierta a todos los grupos de edad y que, por tanto, la inmunidad por tramos está más cerca. Con el 63% de la población diana inmunizada y el 76% con al menos una dosis, el Gobierno Vasco se plantea cómo actuar para frenar la expansión del SARS-CoV-2, siempre dentro de lo que permita la Ley Antipandemia aprobada el pasado 24 de junio en el Parlamento Vasco y el marco legal, sin el paraguas del estado de alarma. «Vamos a seguir profundizando en nuestra capacidad de actuación. Además, si es necesario, adoptaremos cuantas medidas estimemos necesarias para intentar atajar la transmisión que se está produciendo», aseguró ayer el lehendakari. Esa capacidad de actuación de la que habla Urkullu, sin embargo, se limita a la de controlar los horarios o el aforo de los establecimientos hosteleros y comerciales.

Pero si Euskadi quiere ir más allá y fijar un toque de queda, por ejemplo, debe solicitar amparo legal a la justicia, tal y como recientemente ha hecho Navarra para los municipios en situación de riesgo muy alto. El Tribunal Superior de Justicia de Navarra, sin embargo, denegó esta limitación al argumentar que debe hacerlo de manera más concreta y focalizada, sujeta a los datos de transmisión. La cuestión es si Lakua también va a pedir este aval judicial al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco para poder limitar la movilidad nocturna.

No obstante, los precedentes no están del lado de la estrategia de Urkullu. Sigue resonando el portazo de Sánchez al plan del lehendakari de fijar de forma «urgente» un marco jurídico para que las comunidades autónomas puedan aplicar el toque de queda. Su petición de extender las mascarillas al aire libre tampoco ha recibido apoyos. «El uso de la mascarilla se ha reducido y debería ser obligatoria y muy excepcionalmente prescindir de ella», insistió ayer la consejera de Salud, Gotzone Sagardui.

La titular no aclaró si en el LABI de hoy se tomará alguna decisión unilateral al respecto, aunque la falta de seguridad jurídica hace que el Ejecutivo vasco se vea atado de pies y manos en la aplicación del toque de queda. «Esta ola ha evolucionado con mayor rapidez y restringir la movilidad nocturna se ha mostrado eficaz anteriormente», afirmó Sagardui ayer en una entrevista, si bien no quiso responder a la pregunta de si la adopción de medidas llega tarde ante un virus que sigue en expansión. La semana pasada, Euskadi lanzó la recomendación de no reunirse con personas no convivientes durante la madrugada en espacios públicos, pero se quedó en un mero consejo porque, otra vez, no disponía de las competencias legales para prohibirlo.