Guillermo Quindós: «No hay que entrar en pánico por los contagios en China»

– ¿Las noticias que están llegando de China le recuerdan a algo?

– Me recuerda a lo que pasó hace tres años y un poco a lo que ocurre en algunos países donde las políticas no son tan claras. Si esas políticas no consiguen impregnar a la sociedad es cuando suceden las catástrofes. En China han sido superestrictos con la contención, con eso de la política de Covid cero, pero en cambio les ha fallado la cultura de la vacuna.

– ¿Qué es lo que han hecho mal con las vacunas?

– Se encuentran en una situación en la que han abierto la mano y como es lógico las personas empiezan a moverse, a intentar interactuar. En ese país la población está de alguna manera relativamente virgen contra el coronavirus.

– ¿Por qué?

– Porque las vacunas que han recibido no son tan potentes o capaces de proteger como las que hemos recibido nosotros o porque el número de personas vacunadas es más bajo. Se empezó con mucho ímpetu pero luego ha bajado un montón. Se podría decir que ni un tercio de las personas mayores de 60 años tienen dosis de recuerdo, con lo que ahí tenemos un porcentaje importante de gente. Estamos hablando de 1.400 millones de chinos.

– ¿La política de Covid cero ha resultado siendo perjudicial?

– Fue buena en su momento. pero a medida que se avanzaba en la inmunización, se tenía que haber ido supliendo por otras medidas. En enero y febrero tuvimos aquí una ola bastante brutal con la variante ómicron, que es un poco lo que está pasando ahora en China. No es la ómicron hija que tuvimos aquí, pero son todas del mismo linaje.

– ¿Hay miedo a que aparezcan nuevas variantes en China?

– Claro, pero pueden aparecer en China o en cualquier lado. El problema con las nuevas variantes es que son muy diferentes y que nuestro sistema inmunitario no las reconozca bien y responda de forma mucho más deficitaria.

– ¿Estas nuevas variantes podrían hacer que las vacunas actuales sean ineficaces?

– Aquí entramos en el terreno de las hipótesis. Puede ser que ocurra eso pero también lo contrario. Lo que vamos viendo hasta ahora es que lo más probable es que sean variantes cada vez más atenuadas, pero eso no quiere decir que es imposible que aparezca una variante superagresiva.

– ¿Acabarán llegando a Euskadi las nuevas variantes chinas?

– Todo llega al final, pero no sé si el impacto va a ser importante. Si las variantes son las mismas que están extendidas en este momento por todo el mundo, no tiene por qué haber grandes variaciones salvo que surja alguna que en estos momentos no tenemos controlada.

– Eso suena a peligro.

– No tiene por qué ser catastrófica. Lo más probable es que sea muy infecciosa pero que tampoco sea muy agresiva y nuestro grado de vacunación es alto. El virus ya lo tenemos. Las variantes que predominan allí ya están aquí. La nueva variante del coronavirus BF.7 ya se detectó en el País Vasco en septiembre pero se dieron muy pocos casos.

– ¿Pedir a viajeros procedentes de China un test negativo de Covid-19 o la pauta completa de vacunación servirá para impedir que entre el virus?

– Cuando he oído a la ministra de Sanidad anunciar esta medida he pensado que es la decisión de un único país cuando resulta que las fronteras con el resto de Europa son muy permeables. La ministra habla de vuelos directos, de escalas, de que se les va a pedir una prueba diagnóstica. Si es la de antígenos y depende de cuándo se la hayan hecho y según el periodo de incubación, porque a veces varían un poco según las variantes, pues igual no son muy fiables. De todas formas, puede ser positivo, pero lo sería mucho más si las decisiones se tomaran de una forma conjunta entre todos los países. Si no hay un acuerdo para hacer todos lo mismo, la función preventiva disminuye.

– ¿Tenemos muchos motivos para estar preocupados?

– Evidentemente hay que tener preocupación por lo de China pero eso no significa que debamos entrar en pánico. Lo que hay que hacer es activar la vigilancia, mirar cómo tenemos el sistema sanitario, reforzar si es posible la Atención Primaria en estas épocas de incertidumbre, mantener la cultura de la vacunación y la cultura de higiene personal y social. Lo que será absurdo es entrar en pánico porque en esa situación es cuando peor reaccionamos. Hay que reaccionar con la cabeza fría y usando todo lo que tenemos, porque tenemos muchas herramientas.

– Y un mayor conocimiento del virus.

– Tenemos mucho más conocimiento. Las variantes que están en China y las que están aquí son muy similares. Varían los porcentajes de personas infectadas pero no nos son desconocidas. Lo que nos preocupa es que se saturen las UCI y yo creo que por ahí no corremos tanto riesgo. Espero no equivocarme. Vamos a ver cómo evoluciona la situación porque todos están pendientes de lo que pueda ocurrir a partir del 6 y 7 de enero, que es cuando comienzan las vacaciones del año nuevo chino y millones de personas se mueven en el país.

– Estamos en plenas navidades.

– Estos días hay que extremar al máximo las medidas preventivas sociales. Si estamos enfermos igual nos tenemos que perder alguna celebración.