Ejercicios, laberintos, bingos y palabras para entrenar la mente
Las actividades ponen el énfasis en las competencias sociales, como la empatía, y en las emocionales, como la comprensión
El programa Emo-Oroitu tiene en cuenta una metodología denominada Finger que ha demostrado cómo «una intervención multidominio para el control de factores de ... riesgo y la mejora de los factores protectores reduce la incidencia del deterioro cognitivo en personas de alto riesgo de demencia». Esta metodología, desarrollada por el instituto Karolinska, en Suecia, está basada en cuatro elementos: control estricto de factores de riesgo cardiovasculares, entrenamiento cognitivo, entrenamiento y actividad física y modificación de hábitos dietéticos y de nutrición. El equipo de investigación de la UPVQualiker, del que forman parte la mayor parte de los coautores del libro, ha añadido una quinta pata: el entrenamiento en competencias socioemocionales.
«Cuanto antes empecemos a utilizar estos cinco elementos mayor predicción habrá de una mejor salud psicosocial en la edad adulta. Si conseguimos que las personas normalicen que alguien puede empezar a tener dificultades de memoria que pueden degenerar en un problema mayor, y si podemos acercarnos a él sin temor y diagnosticarlo con tiempo, eso nos va a ayudar a conseguir una sociedad que envejezca de una manera mucho más saludable. Es importante entender que la salud biológica y social también pasa por tener una buena salud emocional», sostiene Aitor Aritzeta.
Las actividades, fichas y enlaces de podcasts incluidos en el libro ponen el énfasis en las competencias sociales, como la empatía y la asertividad, y las emocionales, como la atención, comprensión y regulación emocional. «A los mayores les gusta mucho un juego que es un pasapalabra emocional» en el que a cada letra le corresponde una emoción o sentimiento, como amor, aburrimiento, compasión o decepción, explica Aritzeta.
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Comienza por 's': 'pesar y melancolía que se sienten por la ausencia, muerte o pérdida de alguien o de algo'. La respuesta es soledad. Los participantes en el juego, similar al del 'rosco' de la televisión, no solo deben adivinar a qué palabra corresponde cada definición, sino también pueden realizar comentarios sobre cada término. Con esta actividad, apta para jugar con los nietos y otros familiares, se pretende hacer hincapié en la importancia del vocabulario emocional para enriquecer nuestra habilidad al expresar lo que sentimos.
Historia vital
«También hacemos un bingo de las emociones en el que juegan con ellas y comparten evidencias emocionales. Hacemos además un recuerdo de una historia vital centrándonos en las vivencias emocionales. Esto les ayuda a tener una mayor conciencia de cómo las experiencias emocionales les han dejado una huella de memoria que pueden alimentar», dice Aritzeta. «En relación a los aspectos de carácter emocional, nosotros impulsamos mucho la apertura de la expresión de las emociones porque el silencio, el ocultamiento, el mantener la angustia, soledad o tristeza, lo que hace es incrementar todavía más los impactos negativos que pueda haber en los procesos de degeneración».
En otra de las actividades, a los participantes en la sesión se les da a leer el poema de José Saramago 'Que cuántos años tengo', que empieza así: '¿Que cuántos años tengo? ¡Qué importa eso¡ / ¡Tengo la edad que quiero y siento¡ / La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso / Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o a lo desconocido... / Porque tengo la experiencia de los años vividos / y la fuerza de la convicción de mis deseos.
Algunos ejercicios
1.- Prestar ATENCIÓN al momento utilizando todos nuestros sentidos: ¿a qué huele?, ¿qué estoy viendo? ¿qué estoy escuchando? ¿qué siento?
2.- Crear imágenes impactactes y fuera del sentido común. Utiliza la CREATIVIDAD. Por ejemplo, si le tengo que dar una llave a mi hijo, imaginármelo con una llave gigante, ¡más grande que él!
3.- Inventa una HISTORIA. Si tenemos que recordar, por ejemplo, la rutina del día (llevar a los nietos o las nietas al colegio, ir al supermercado, ir a comprarle un regalo al nieto o la nieta por su cumpleaños), crea tu historia, cuanto más soprendente y extraña... ¡mejor!
4.- Cuando tenemos que recordar el nombre de alguien que nos acaban de presentar, REPITAMOS su nombre a lo largo de la conversación. Y si queremos recordarlo a largo plazo, buscar una característica que nos llame la atención. Por ejemplo, tiene el pelo alborotado, sus orejas son grandes... y exageramos esa característica para que esa imagen se guarde en nuestro cerebro, igual que con la llave que teníamos que darle a nuestro hijo.
5.-También podemos asociar el nombre de esta persona a otra palabra que se le parezca o que rime con su nombre. Por ejemplo, 'Nieves, 'Nieve', o 'Maribel', 'Torre Eiffel'.
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