Los centenarios serán los primeros mayores en recibir las dosis de Pfizer

Sagardui recordó que en Euskadi hay más de 152.000 personas de más de 80 años, 50.000 de ellas guipuzcoanas. Se les vacunará de forma similar a la gripe, en los centros de salud, y si no pueden desplazarse, en sus casas. Con la disponibilidad actual de vacunas, se utilizarán los centros de vacunación. Con una mayor disponibilidad de dosis, el departamento cuenta con la colaboración de las instituciones para habilitar más espacios. La consejera, sin embargo, descartó que se vayan a llevar a cabo vacunaciones masivas en estos espacios.

«La disponibilidad de vacunas adecuadas para esta población y la vacuna recomendada, Pfizer, dista mucho de ser la cantidad necesaria. No queremos generar una expectativa entre la sociedad que no se pueda cumplir en un tiempo razonable. Vamos a vacunar a este colectivo pero poco a poco, en función de la disponibilidad de esas vacunas», recalcó Sagardui. «Todos recibirán información por parte de Osakidetza. Su servicio de Salud les indicará cuándo y dónde les corresponde», señaló.

La consejera no entró en mayores detalles sobre las fechas de vacunación de un colectivo considerado de alto riesgo, que ya está recibiendo sus dosis en diez comunidades autónomas. «Hay un elemento que está fuera de nuestro control, como es la disponibilidad de dosis», insistió.

El proceso avanzará a la velocidad que marquen en cada momento las existencias del medicamento, aunque este no será el único factor determinante del ritmo de vacunación. Sagardui recordó el pasado martes que, a diferencia de la vacuna de la gripe, cada dosis de los preparados contra el covid no viene en una jeringuilla, sino que de cada vial se obtienen varias dosis, -seis en el caso de la de Pfizer-, «por lo que hay que organizar su administración por grupos adaptándola a la situación de los pacientes de más de 80 años».

Otro factor importante que puede marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso de la campaña de vacunación para los mayores de 80 años es la capacidad de los centros asistenciales para inmunizar a más de 150.000 personas. Osakidetza quiere que las inyecciones se pongan en los centros de salud de cada municipio, siempre que sea posible. El problema es que muchos ambulatorios recibieron el martes una primera comunicación que no contenía demasiados detalles sobre el plan. En la nota, la dirección del Sistema Vasco de Salud les comunicaba que «se está planificando dónde, quién y cómo» va a inmunizar cada zona sanitaria.

A falta de mayores concreciones, los sanitarios recuerdan que no es una vacunación sencilla porque además de los cuidados que requiere la vacuna Pfizer, que debe conservarse a una temperatura de 70 grados bajo cero, hay que registrar correctamente el proceso y tener un espacio para que la gente pueda esperar tras inmunizarse. Además, hay que tener preparada una consulta por si se produce alguna reacción adversa. Según los profesionales del sector, la mayoría de los centros no están actualmente en condiciones de iniciar el proceso, por lo que va a ser necesario adaptarlos para la semana que viene.

La vacunación de los mayores es el precedente al que todos nos agarramos para ver la luz al final del túnel de casi un año de pandemia. Como siempre, son ellos los que están abriendo camino. La vacunación en Gipuzkoa comenzó oficialmente el pasado 27 de diciembre. Ese día empezaron a recibir la primera dosis de Pfizer los usuarios y trabajadoras de la residencia Caser Betharram Hondarribia. Con el suministro de la segunda dosis en los centros de mayores Txara 1 de Donostia y Debagoiena de Aretxabaleta se dio por concluida el pasado día 10 una etapa que se ha saldado con 4.347 usuarios y 4.967 trabajadores vacunados, es decir, el 96,88% de los mayores y el 80,69% de los profesionales sociosanitarios inmunizados.

Por si había alguna duda, que las había en algunos sectores, los resultados han sido los esperados. Desde que finalizó la vacunación masiva, la evolución de la pandemia en los geriátricos de Gipuzkoa ha sido positiva y los nuevos casos entre los residentes han descendido a cifras mínimas. La única excepción que se ha producido ha sido el contagio de un usuario de San Juan de Dios, en Arrasate, que ya había recibido las dos dosis de Pfizer. Esta persona permanece en aislamiento, aunque su estado es asintomático. Los expertos consideran que es normal que se produzcan casos como estos, que siempre van a ser minoritarios.