Qué beber en verano sin perder la forma

La tasa de incidencia acumulada va descendiendo poco a poco, así como el número de contagios y la ocupación tanto en planta como en UCI. La situación mejora y junto al avance en la vacunación, parece que podemos empezar a pensar en el verano. En qué hacer, dónde ir y en cómo disfrutar tras tanto tiempo. Y cómo no, en qué tomar.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha elaborado un listado de las calorías que contiene cada bebida si te preocupa mantener la línea.

A veces denostada, es la bebida más aconsejada para evitar la deshidratación y quitar la sed. Una botella de medio litro no contiene ninguna kilocaloría. Además, la variedad es casi infinita, desde bajas en sodio a aromatizadas pasando por el agua con gas.

Las bebidas con extracto de té incluyen aditivos como los colorantes o de aromas para suplir la falta de té. Son una opción refrescante si quieres evitar la cafeína, ya que de media contienen la mitad que una bebida de cola y 10 veces menos que una infusión de té.

Habituales en los diferentes supermercados o incluso en los chiringuitos de las playas, pueden ser una alternativa al café con hielos. Si vas a apostar por ellos, el aporte calórico variará en función del tipo de leche o la cantidad de azúcar que se le haya añadido.

Es verdad que se pueden tomar durante todo el año, pero con la llegada del calor sientan mucho mejor. Más aún con la amplia oferta de sabores. Eso si, la cantidad de fruta que contienen es ínfima, pues son vasos de agua, hielo (más agua), y hasta un 12 % de azúcar. A tener en cuenta.

El rey de las bebidas en Valencia, aunque se pueda tomar casi en cualquier lado. Se elabora con chufas trituradas, maceradas y mezcladas con agua y azúcar. Es un importante aporte nutricional en el que hay que tener en cuenta el 2,4 % de grasas y el 12 % de azúcares.

No son un sustituto del agua y a veces no sirven ni como complemente para mantener la hidratación. Su alto nivel de azúcar es un factor a tener en cuenta.

Todo cambiará si te tomas el zumo recién exprimido con todas las vitaminas y minerales, pero sin fibra porque se pierde en el exprimido, o si te tomas un zumo de brick, con un porcentaje menor de fruta (a veces 50%), por lo que las vitaminas y minerales también bajan. Lo que completa el zumo concentrado suele ser azúcar.

Una de las más habituales tras una jornada de trabajo, realizar deporte o al salir de la playa. Cualquier bar dispone de una amplia oferta tanto de cañero como en botellín. Al fermentar cereales lleva cerca de un 5% de alcohol, incluso las 'sin' llevan – entre un 0,4 % y un 1 %–. Solo se libran las 0,0.

La combinación busca mantener la sensación de frescor que aporta la cerveza pero rebajar el alcohol.

El toque de limón dulcifica el amargor de la cerveza y hace que sea aún más refrescante, aunque también enciende los ánimos de los defensores de la pureza. En base al refresco con el que se mezcle lleva bastante más azúcar, por lo que el aporte calórico es el doble de la variante hecha con gaseosa.

El propio nombre tinto de verano refuerza la estacionalidad de la bebida. Esta combinación de vino rebajado con gaseosa es una de las bebidas más populares en los meses de calor, qué decir entre los guiris. Es dulce, refrescante y peligrosa, pues tiene tanto alcohol como una cerveza.