Más de 3.300 guipuzcoanos sufrieron un ictus el pasado año
Más de la mitad de los pacientes que atiende Osakidetza por estos episodios tienen más de 75 años
La palabra proviene del latín y es toda una declaración de intenciones: golpe. Porque sucede de repente, sin avisar y de una forma absolutamente imprevisible. ... Una pierna comienza a fallar, la sensibilidad de un brazo se empieza a perder o las palabras dejan de salir. Funciones simples que hasta el momento eran sencillas de realizar. Es la sensación que experimentan cada día una media de nueve guipuzcoanos que sufren un ictus, una enfermedad que cada año deja en el territorio más de 3.300 nuevos afectados. Detrás de ello está la rotura de un vaso sanguíneo del cerebro (ictus hemorrágico) o la interrupción del aporte de sangre a una zona determinada de la cabeza (isquémico).
Los datos los ha dado a conocer este lunes el Departamento de Salud con motivo del Día Mundial del Ictus, que se conmemora el martes. El ictus se presenta de forma brusca y da lugar a la pérdida de funciones cerebrales a consecuencia de una alteración vascular, provocando en gran medida distintos grados de discapacidad, con graves repercusiones sociales. Osakidetza atendió a cerca de 9.000 vascos por este tipo de episodios, 3.373 en Gipuzkoa, 4.445 en Bizkaia y algo más de un millar en Álava.
Debido al aumento de la edad media de la sociedad, la incidencia del ictus en Euskadi continúa escalando (en torno a 8.400 pacientes en 2022 y 7.900 en 2021). El 54,5% de los facetados son hombres y el 45,5% restante, mujeres. Además, más de la mitad de los pacientes tienen más de 75 años, y el 40% de los casos registrados pertenecen a personas de entre 46 y 75 años.
En contraposición, la mortalidad por enfermedades cardiovasculares ha descendido «significativamente» en el periodo 2001-2014 (un 4,8% anual), y esta caída es de un 3,8% anual en el periodo 20014-2023. Esta bajada se da en ambos sexos, de un 4,2% entre los hombres desde comienzos de siglo y de un 5,1% entre 2001 y 2014 y de un 2,7% entre 2014 y 2023 entre las mujeres.
En este sentido, desde Salud recuerdan que cobra especial importancia la prevención, «a través del fomento de los hábitos de vida saludable y del ejercicio, así como mediante el control de los factores de riesgo vascular». El más importante para la aparición de ictus, añaden, es padecer hipertensión, seguido por la diabetes hipercolesterelomia y la fibrilación auricular. Pero también otros factores como el tabaquismo, el sedentarismo, la dieta no saludable, la obesidad extrema, el alcoholismo, el consumo de drogas o el estrés pueden afectar, «factores que son modificables o controlables», matizan desde Osakidetza.
Nueva estrategia
La rapidez en la actuación es uno de los factores clave en la supervivencia y la disminución de las secuelas. Por ello, el Servicio Vasco de Salud trabaja en la elaboración de una nueva estrategia para la atención de enfermedades tiempo-dependientes, como son el ictus o el infarto agudo de miocardio. Esta nueva estrategia que se está diseñando tiene como objetivo mejorar la respuesta y la atención ofrecidas a las personas que sufren este tipo de enfermedad, incorporando nuevas perspectivas en su abordaje y adoptando un enfoque más amplio, orientado a reducir el impacto de estas patologías.
Con ello el Departamento de Salud busca establecer un marco que permita a todos los agentes implicados identificar y poner en marcha las actuaciones prioritarias para la atender episodios agudos que representan un riesgo inmediato para la vida.
Paralelamente, Osakidetza recomienda llamar sin demora al 112 ante la aparición de alguno de los siguientes síntomas: pérdida de fuerza en brazo, pierna y/o cara; pérdida de visión total o parcial o visión doble; pérdida o dificultad en el habla; inestabilidad o desequilibrio e incapacidad para andar; dolor de cabeza muy intenso o sensación de hormigueo o acorchamiento en la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.
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