La pandemia dispara la adicción al juego: ellas prefieren el cupón y el bingo; y ellos, la Primitiva

El informe constata que el porcentaje de personas jugadoras en Euskadi se disparó en torno a un 10% entre 2019 y 2022, hasta situarse en un 76,3% de la población. Sin embargo, aunque siguen jugando más los hombres que las mujeres, este hábito «se está igualando» e incluso ellas registran aumentos más importantes. El 75,3% de las mujeres encuestadas, en concreto, afirmó haber jugado el pasado año a algún tipo de juego de azar, mientras que el porcentaje de hombres experimentó también un alza significativa, pero casi tres puntos menos –un 7,6%–, al pasar del 69,9% al 77,5%.

¿A qué juegan unos y otros? Pues a modalidades bien distintas. Los hombres, por lo general, tiran más de la lotería primitiva y las tragaperras, mientras que las mujeres se decantan más por la lotería nacional, el cupón de la ONCE y las visitas, «aunque poquitas», a los bingos. Un dato revelador sobre las preferencia es la presencia «prácticamente inexistente» de las mujeres en salones de juegos y casas de apuestas.

Curiosamente, pese a jugar menos, entre las mujeres prevalece una conciencia más crítica sobre el impacto negativo del juego en sus vidas. El 49,3% de las mujeres tiene una percepción «mala o muy mala» de esta práctica frente al 44% de los hombres. El mundo de los casinos, bingos, tragaperras y otras formas más socializadas del juego –la lotería de Navidad principalmente– separa a hombres y mujeres, sobre todo a la hora de apostar a diario o semanalmente.

Son más hombres los que afirman jugar frecuentemente: un 32,3% frente a un 24,1% de mujeres. Esta circunstancia implica que las patologías se ceben de forma abrumadora entre los varones y que sean estos –89%– los que más recurren a asociaciones en busca de ayuda para tratar de erradicar sus adicciones. Si en la franja de edad entre 18 y 45 años, el 64,9% de los que piden asistencia son hombres, esta tasa se reduce al 5,31% en el caso de las mujeres.

Paradójicamente, no son las únicas diferencias existentes por géneros. El 78,5% de los 1.813 ciudadanos vascos que se autoprohibieron probar suerte tanto en los juegos privados como online entre enero y diciembre de 2022 –un 36,3% más que en 2021 – fueron hombres (1.424) frente a únicamente el 21,5% de mujeres (389).

A la hora de echar una mano a los demás, también los hombres encabezan el ranking. De hecho, el voluntariado que ayuda en las tareas de apoyo a los pacientes con adicción al juego se encuentra «fuertemente masculinizado» con un 73,6% de hombres y un 26,4% de mujeres. También el tejido empresarial del sector muestra una «clara masculinización» en su plantilla con tan solo un 34,7% de empleadas. Este porcentaje se dispara, «sobre todo al hablar de los cargos directivos», ha subrayado Fernández Aragón. Las mujeres ocupan solamente el 20,8% de los puestos. En algunos casos, como los casinos y las empresas de apuestas, ni una sola mujer mantiene puestos de alta dirección.

Una estigmatización que llama la atención del consejero de Seguridad, que puso el foco en la hipersexualización que, a su juicio, proyectan «más del 60% de las máquinas tragaperras de Euskadi. Pese a todo el camino que queda por recorrer, Josu Erkoreka se congratuló de que el País Vasco avanza «hacia el horizonte del juego responsable».