No hay día sin colas en el lavadero de coches. Las piezas de repuesto de los túneles de lavado tienen que venderse estos días a ... precio de oro. Una semana después del episodio de calima, con esa nube de tierra batida que tiñó de rojo calabaza terrazas y vehículos, no hay momento del día en el que no haya dos o tres conductores esperando para pegarle un manguerazo a su turismo en la gasolinera en la que lleno el depósito. Miles de litros de agua cada hora para dejar los coches como los chorros del oro. Mi escasa paciencia y el poco aprecio que le tengo a mantener impoluto un vehículo que pernocta a la intemperie, hacen el resto para que el polvo siga colonizando amplias partes de mi coche hasta que encuentre el momento idóneo.
Más o menos el mismo tiempo, aunque espero que con un interés diferente, que el que ha necesitado el Gobierno central para alcanzar una solución que permita desconvocar la huelga de transportistas a cambio de ayudas por un tiempo determinado. La consejera Tapia se sorprendía ayer de que Sánchez cumpliera su palabra de alcanzar un acuerdo con los transportistas sí o sí bien entrada la madrugada, y preguntó al presidente por qué no había optado por actuar con esa decisión una semana antes cuando arrancaba la huelga.
Se escudarán en que los tiempos en la política son distintos, o que la cuerda no se había tensado tanto para comprometer el suministro como hasta estos últimos días, pero Francia, para evitar este barrizal, acordó ya a principios de mes esas ayudas al sector del transporte con una rebaja en el precio del litro de la gasolina que aplicará a partir de abril. Es decir, un acuerdo a principios de marzo y que se aplica y tiene coste desde abril, pero que garantiza paz, suministros y estabilidad a un sector en marzo y también a partir de abril. Aquí, se enfada a todo un sector desde principios de marzo, a parte de la población durante el mismo mes, y se termina activando en abril un paquete de ayudas más costosas que las francesas.
Entretanto, a los ciudadanos nos sigue haciendo falta presentar las últimas tres nóminas para llenar el depósito de gasolina (las rebajas llegarán cuando por arte de magia los precios comiencen a bajar), en un mes que está siendo terrorífico para el bolsillo, y la esperanza de fijar un máximo al precio de la luz sigue pareciendo más un cuento de terror. Bruselas plantea una reunión para buscar soluciones al escandaloso precio de la energía, pero ya de partida descarta 'topar' el precio del megavatio/hora. Perfecto. Sánchez, que no se levanta de la mesa hasta solucionar los problemas, abandonó ayer la mesa de la Comisión para presionar y lograr un acuerdo. Coherencia ante todo.
Francia soluciona en marzo los problemas de abril; Sánchez se remanga tras dos semanas de huelga
Ahora pagamos la luz a las compañías energéticas como si comprásemos tres kilos de tomates y 50 gramos de jamón ibérico y nos hiciesen la factura de 3 kilos y 50 gramos de producto al precio del jamón ibérico. Apunten, al final se adoptará una medida de urgencia que conlleve una rebaja generalizada tras unas reuniones extenuantes. Y nos preguntaremos como Tapia: '¿No lo han podido solucionar antes?'.
De momento, sí que conocemos la primera medida europea para el ahorro de energía y la bajada de la factura que se adoptará la próxima medianoche: retrasar la hora de los relojes. A las 2.00 serán las 3.00. Según estima la IDAE, ese cambio horario permitirá un ahorro energético del 5% durante el verano. Toma medida efectiva, y eso que antes de la pandemia la UE se estaba planteando el eliminar ese cambio horario que ahora nos supondrá un alivio para los bolsillos. Además, cuanto más al norte, el ahorro sería más alto.
Pagar tomates a precio de jamón ibérico. Así de simple es la factura de la luz que llevamos meses pagando
Todo serán ventajas gracias a una medida impulsada en 1784 por Benjamin Franklin, cuando este era embajador de Estados Unidos en Francia. Medida innovadora, por tanto, de las que existen serias dudas de su efectividad. Tanto que el país natal de Franklin ha decidido que este marzo será la última vez que adelantan los relojes. Rusia decidió acabar con ese cambio horario en 2011. En fin, que ya es hora de limpiar el barro del coche.
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