Muere Charles Bergara, patriarca de las makilas en Iparralde

«Suelo decir que nací entre una makhila y un alfiletero», solía comentar Bergara, que hasta hace bien poco supervisaba el proceso de envejecimiento de las ramas de níspero con las que se crea la tradicional makila. Fue galardonado con la Legión de Honor en 2003 por su labor en el sector de la artesanía.

Bergara dedicó toda su vida a la creación de la makila en su coqueto taller/tienda al pie del frontón de Larressore, localidad cercana a Cambo-les-Bains, donde se podía ver a sus clientes infinidad de fotografías de personajes famosos blandiendo sus creaciones.

Charles Bergara formaba parte de la quinta generación de una saga que ha ido perfeccionando la técnica para la creación de makilas. Y él también puso su sello: «Cada generación ha provocado la evolución de los tiempos. Aportó dinamismo a la empresa al dar a conocer la makila fuera del País Vasco después de la guerra», subraya su hija Nicole Bergara en el diario francés Sud Ouest.

La fabricación de esta makilas sigue siendo artesanal y puede prolongarse hasta quince años. «A veces nos traen a restaurar makilas que salieron de nuestro taller hace más de dos siglos y eso es un orgullo porque quiere decir que el trabajo está bien hecho», confesó a este periódico Liza Bergara, nieta de Charles, y que ahora se ha hecho con las riendas de la empresa.