La mejor pizza artesanal sin gluten, a un paso de San Sebastián

Los celíacos y aquellos que no toman gluten están de enhorabuena. Una de las mejores cadenas de pizzas artesanales ha abierto un establecimiento completamente con su carta sin gluten en Bilbao. Ahora es posible degustar el sabor de la auténtica pizza napolitana. Así Bilbao se suma a Madrid, Barcelona y Sevilla, ciudades donde la cadena de Grosso Napoletano cuenta con locales con productos exclusivamente sin gluten.

Grosoo Napoletano, que cuenta con 46 establecientos en todo el estado, decidió después de la pandemia abrir también locales solo sin gluten, sabores de los complicado que es que no haya contaminación cruzada de harinas en un mismo establecimiento. Por ello, apostaron por tener restaurantes solo sin gluten. Una alegría para celíacos y para aquellos que han eliminado el gluten de su alimentación.

La oferta de esta local, que se ubica en el centro de Bilbao (Iparraguirre 15), cuenta con 15 tipo de pizzas. La masa lleva trigo sarraceno, maíz, arroz, fécula de patata y una doble fermentación de 48 horas, lo que lleva a un producto «ligero y de fácil digestión» recomendado para celíacos y no celíacos. Es el octavo local de la cadena que presume de esta característica, el último que ha abierto hasta el momento.

Pero la carta cuenta de muchos platos más además de pizzas. Antipasti, acompañados de focaccia y grissini y postres tradicionales, además de bebidas típicas italianas. De los ingredientes destacan el tomate de San Marzano, de Nápoles, con un intenso sabor y color rojo. También cuentan con mozzarella fiordilatte, guanciale, salsiccia napoletana, prosciutto cotto, mortadella tartufata di Bologna, crema di Grana Padano de 16 meses...

La cadena madrileña también ha querido hacer un guiño a Bilbao y ofrecen una pizza que lleva queso Idiazabal y mermelada de pimientos asados.

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Grosso Napoletano está considerada la mejor cadena de pizzas artesanales, según el ranking 50 Top Pizza. El producto y los pizzaioli son sus secretos. Los cocineros provienen de la Escuela Napolitana y el horno, que solo baja de los 400-500º cuando se cierra el local.

Una vez que el pizzero mete la pizza no tarda ni 90 segundos en estar lista. El horno está hecho con piedra refractaria de Nápoles, no se apaga nunca (con el local cerrado, baja hasta los 200º grados) y no tiene medidor de temperatura: los pizzaioli pasan la mano por delante de la boca y se fijan en el color de la cúpula para saber si está listo para empezar a trabajar.