Homenaje
Honor a los héroes vasco-americanosEl Capitolio de Texas reconoce el papel de los soldados de origen vasco que combatieron con el Ejército de EE UU en la II Guerra Mundial
Fue un acto sobrio pero cargado de simbolismo y, sobre todo, de emociones. El homenaje que tributó este miércoles el Capitolio de Texas a los ... soldados de origen vasco que combatieron con el Ejército de EE UU en la II Guerra Mundial llenó de lágrimas los ojos de muchos de los que acudieron a la cita. Eran en su mayoría hijos o nietos de algunos de los más de 1.100 descendientes de vascos que se alistaron con las tropas estadounidenses para luchar contra las potencias del Eje. El reconocimiento, sin precedentes en los 78 años transcurridos desde el fin de la contienda, se cerró con la aprobación unánime por parte del Legislativo texano de una resolución en la que se agradece el papel que desempeñaron los reclutas vasco-americanos en el conflicto.
Poco se sabía hace unos años de los soldados de origen vasco que participaron con las tropas aliadas en la II Guerra Mundial. La paciente labor de investigación de historiadores como Pedro J. Oiarzabal y Guillermo Tabernilla a través de la Asociación Sancho de Beurko ha ido sacando a la luz fragmentos de un mosaico velado por el paso del tiempo. El proyecto 'Fighting Basques: Memoria de la Segunda Guerra Mundial', iniciado hace ocho años, ha rescatado las biografías de más de 2.500 soldados de origen vasco que lucharon con los diferentes ejércitos aliados. Al menos la mitad de ellos eran descendientes de emigrantes vascos afincados en los Estados Unidos.
La investigación llevada a cabo por los historiadores está en el origen del inédito homenaje que tuvo lugar ayer en Texas. Uno de los integrantes de la cámara de Austin, Rafael Anchía Michelena, procede de una familia vizcaína cuyo abuelo llegó a luchar con las tropas de EE UU durante la I Guerra Mundial a pesar de que carecía de la nacionalidad estadounidense. Anchía, que milita en el Partido Demócrata, no solo fue el encargado de promover y defender la resolución en memoria de los soldados vascos que se debatió en el Capitolio de Austin, sino que ejerció como maestro de ceremonias en el homenaje que tuvo lugar poco antes ante el Monolito que se alza frente al edificio en recuerdo de los caídos en la guerra.
Fue una ofrenda presidida por una ikurriña y una corona con flores blancas, rojas y verdes. Una escenografía contenida pero que encerraba una gran carga de emotividad, como reconocía el historiador Pedro J. Oiarzabal, uno de los invitados a la ceremonia. «Hemos conseguido dar visibilidad a una generación que lo sacrificó todo por la lucha contra la tiranía y la consolidación de la democracia», reflexionaba el historiador. El reconocimiento, al que asistieron representantes de la North American Basque Organizations (NABO), tendrá continuidad hoy con una mesa redonda que se celebrará en la librería de Austin, capital del estado de Texas.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión