El fiscal afirma que la única «pena apropiada» para Pablo Ibar es la de muerte
El juez decide esta tarde si permite la declaración de un psicólogo que dice que la pena de muerte puede causar un trauma irreparable para losdos hijos del preso
La Fiscalía de Florida ha decidido jugar fuerte en contra de Pablo Ibar. No le basta con que el jurado le declarase culpable de ... tres delitos de asesinato, lo que le aboca a permanecer de por vida en prisión. Quiere más. Desea la muerte de Ibar y para ello está dispuesto a emplear todas las bazas a su alcance. Lo ha demostrado en el arranque de la fase de sentencia que ha comenzado en la corte de Broward County, en Florida, en la que el jurado debe pronunciarse sobre si condena al preso de origen guipuzcoano a la pena capital o le impone la cadena perpetua.
La acusación está representada por el mismo fiscal que en enero logró arrancar un veredicto de culpabilidad. Su nombre es bien conocido a este lado del océano. Se llama Chuck Morton, el mismo que en 2000 intervino en el juicio que finalizó con el fallo que condujo a Ibar hasta el corredor de la muerte. Morton se esfuerza en demostrar que Ibar es merecedor de la inyección letal. «La única pena apropiada para los actos de ese día es la pena de muerte», dijo el miércoles pasado.
Con este propósito llamó al estrado a Natalia Malagón. Se trata de una testigo que vivía en la casa de Miami Dade, en cuyas inmediaciones Pablo fue detenido el 14 de julio de 1994, tres semanas después de que se cometiese del triple asesinato. Este caso no había sido objeto del proceso por el que Pablo ha sido sentenciado, pero el juez Dennis Bailley aceptó que se incluyera como agravante.
La testigo manifestó que sobre las 2.30 horas de aquel día escuchó fuertes golpes en la puerta de la casa donde convivía con otras seis personas, entre ellas la tía de Alex Hernández, compañero de piso de Ibar. Siempre según su testimonio, al abrir la puerta, Alex se introdujo violentamente en la vivienda, seguido de un varón con un pasamontañas y de otra persona con una camiseta atada alrededor de la cabeza, que, según manifestó, era Ibar. Detalló que Alex Hernández iba armado con una escopeta e Ibar con una pistola. Según la testigo, que estaba embarazada de ocho meses, Pablo le habría amenazado con un cuchillo en el vientre en lugar de con la pistola.
La otra versión
La defensa opina, sin embargo, que esta testigo mintió para ocultar un caso de narcotráfico. Sus manifestaciones difieren sustancialmente de lo que declaró Ibar justo de después de su arresto, un testimonio que ha mantenido todos estos años. En su declaración a la Policía, Pablo explicó que Hernández y la otra persona se habían quedado sin gasolina y que le avisaron para que les llevara un bidón. El preso accedió y posteriormente cometió el error de acompañarles.
Dejan declarar a familiares de las víctimas, pero el juez dice al jurado que no tenga en cuenta sus palabras
Los amigos tenían previsto pedir a la tía de Hernández dinero para pagar la fianza de otro familiar detenido por tráfico de drogas. Pablo se quedó en el coche del que, sin embargo, salió tras escuchar voces altisonantes. En los minutos posteriores, la Policía recibió una llamada y una vez en el lugar detuvo a Ibar y a sus amigos. Las posteriores averiguaciones llevaron a los agentes a relacionar este caso con el acontecido semanas antes en el chalet en el que se cometieron los tres asesinatos.
La defensa de Ibar protestó en diversas ocasiones durante el testimonio de Natalia Malagón, primero porque se trataban de hechos ya juzgados -Pablo fue condenado a 8 años- y en segundo lugar porque fue declarado en su momento culpable de allanamiento de morada y robo de joyas pero no de amenazas con arma blanca.
En la sesión comparecieron también cuatro familiares de las tres personas asesinadas. Sus testimonios muy emotivos y describieron las «terribles pérdidas» que habían sufrido. Pese a que sus expresiones fueron escuchadas por los miembros del jurado, el juez, en una decisión incomprensible, instruyó a los miembros del tribunal que no debían tener en cuenta estos testimonios como agravantes a la hora de decidir la pena.
La vista no se reanudará oficialmente hasta el lunes. No obstante, el juez del caso ha aceptado que se lleve a cabo esta tarde, sin la presencia del jurado, una conferencia de seguimiento para que un psicólogo citado por la defensa explique los motivos que le llevan a firmar que una condena a muerte podría suponer un «trauma irreparable» para los dos hijos de Pablo. En el supuesto de que los argumentos convenzan al juez, permitirá que el experto pueda testificar el lunes a favor de Ibar.
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