Euskotren intenta poner en servicio 8 locomotoras sin uso desde que se compraron hace una década

Las unidades fueron entregadas a Euskotren de manera paulatina entre 2009 y 2012. Desde entonces, buena parte de este material móvil, cuyo diseño se encargó a la empresa vasca Ingeteam, ha estado acumulando polvo. Primero, en Durango, y después en las cocheras de Lebario, en Berriz. Siete de ellas han estado infrautilizadas durante más de una década. Al resto se le ha intentado dar una salida por activa o por pasiva, encontrando diversas soluciones, en algún caso de manera temporal. Una de las locomotoras, por ejemplo, estuvo alquilada durante varios meses a una empresa dedicada al cemento, mientras que otra pasó cinco años en los ferrocarriles catalanes, regresando en 2017 a los talleres del Duranguesado.

Solo se encontró acomodo definitivo a tres unidades, que fueron vendidas a Ecuador en 2015, en una operación en la que se enviaron, además, quince coches de pasajeros de la serie 3.500. Las arcas del Gobierno Vasco ingresaron 9 millones de euros. Ante la imposibilidad de mover mercancías, prácticamente el único cometido de las unidades restantes ha sido el de ayudar en rutinarios trabajos de reparación y mantenimiento de vía, con algún tráfico de mercancías muy ocasional.

Pero Euskotren no se rinde. El nuevo equipo que está al frente de la consejería de Transportes que dirige Iñaki Arriola tiene esperanzas de poder rescatar ocho de estas locomotoras y darles, al fin, la utilidad para la que fueron construidas. Euskotren negocia ahora un acuerdo con la empresa Sibelco para traer arena desde Arija, en el pantano del Ebro (Burgos) hasta Lutxana (Barakaldo) o Ariz (Basauri), como paso previo a su destino final a la fábrica de vidrio de Vidrala en Llodio.

Además de añadir carga de trabajo para las locomotoras, la operación permitiría, por primera vez, que un convoy de Euskotren saliera de forma periódica fuera de Euskadi para realizar arrastre de mercancías, utilizando la Red Ferroviaria de Interés General (RFIG). Para que la empresa vasca pueda realizar este trabajo necesita homologar sus cabezas tractoras a los estándares de seguridad que se emplean en la citada red. Y en eso se trabaja ahora con bastante intensidad. Fuentes del Ejecutivo autonómico sostienen que el visto bueno definitivo se podría lograr en mayo.

A comienzo de enero, una de las ocho locomotoras en desuso (otra se ha dado de baja) protagonizó un momento que se puede calificar de histórico, al penetrar en las vías de la antigua Feve, en Basurto, e iniciar las pruebas para su homologación en el tramo que conduce a Balmaseda, ya dentro de la RFIG. Este paso adelante de Euskotren para ampliar su negocio del transporte de mercancías se produce en un contexto muy determinado, cuando los gobiernos central y vasco negocian la transferencia de la línea que vertebra Las Encartaciones.

Fuentes de Transportes precisan que la operación para establecer un operativo para traer áridos desde el pantano del Ebro, por la línea Bilbao-La Robla (León), no es sencilla y está aún en fase de diseño y pendiente de acuerdo definitivo. Hay que revisar ajustes, tiempos y cómo establecer 'surcos' (horarios) para la compañía vasca dentro de la parrilla de trenes de Renfe Ancho Métrico (antigua Feve). Para poder circular por la RFIG, las ocho locomotoras de Eukostren han sido objeto de varias modificaciones. Se han destinado, por ejemplo, 600.000 euros a transformar en digital el sistema Asfa de seguridad, lo que ha limitado la velocidad máxima de las locomotoras de 80 a 66 kilómetros por hora.