Euskadi aumenta su gasto social pero aún debe fortalecer la atención en el domicilio
Crece en 223 millones de euros en los últimos años, aunque tiene que aumentar más para paliar los efectos de la pandemia
La pandemia ha dejado en evidencia la necesidad de cuidar a los más mayores, que ya vacunados descansan de la amenaza del coronavirus que tanto ... impacto causó en las residencias sobre todo en la primera ola. Ahora, en un momento que nada tiene que ver con el de hace poco más de un año, el Gobierno Vasco ha dado a conocer un aumento de su gasto en los servicios y prestaciones sociales, que desde 2011 a 2018 ha crecido en 223 millones de euros, hasta alcanzar un total de 1.055, si bien esta cantidad deberá seguir incrementándose en los próximos años para hacer frente al impacto de la crisis sanitaria. Así lo explicó ayer la consejera vasca de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, Beatriz Artolazabal, en el Parlamento Vasco ayer, donde presentó el informe de evaluación del primer Plan Estratégico de Servicios Sociales de la CAPV, que corresponde a los años 2016-2019. No obstante, el estudio también recoge diferentes aspectos a mejorar de cara al futuro, como la atención a domicilio de los más mayores.
21,12% de incremento. En un contexto de «menor recaudación», entre 2011 y 2018, el gasto público en los servicios y prestaciones del Sistema Vasco de Servicios Sociales aumentó en un 21,12%, lo que supone un incremento de una cuarta parte «que no existía siete años antes. Es importante recordar que la recaudación no superó la de 2007 hasta 2017», en palabras de Artolazabal.
5.665 plazas más. El departamento de Políticas Sociales también ha avanzado en el despliegue de los servicios y prestaciones económicas, según lo previsto, aumentando el número de plazas, que han crecido en 5.665 entre 2011 y 2018, sobre un total de 33.265 hace tres años. Esto supone, según el informe presentado por la consejera, un incremento de un 20,52% del número de plazas y de un 32,9% del gasto corriente público incluyendo solo los centros para personas dependientes.
La consejera admite que «hay que reforzar y diversificar los centros residencias para mayores»
Reto de futuro
Revisar la ayuda a domicilio. Hace tiempo que se habla de la atención centrada en la persona, lo que implica una mayor asistencia en el domicilio de las personas dependientes, teniendo en cuenta que muchas prefieren alargar su estancia en casa antes de ingresar en una residencia. En esa línea camina el primer reto al que se enfrenta el sistema social vasco en estos momentos, según admitió la consejera, que ve «evidente la necesidad de fortalecer la atención, primaria y secundaria, a las personas que residen en su domicilio, reforzando y diversificando los centros residenciales para personas mayores, para reducir ese porcentaje del 30% sobre el total del gasto corriente público en este sistema». Respecto al Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD), el documento recoge que es necesario revisarlo «en profundidad» en el marco de un replanteamiento global de la atención en el domicilio.
Personas en riesgo de exclusión. El Gobierno Vasco también debe poner más atención el ámbito de la inclusión social y los centros residenciales para personas en situación de exclusión y marginación, según reconoció Artolazabal, que habló de este asunto como uno de los «nudos que son de especial relevancia en servicios de atención primaria a las personas mayores». El análisis de estos servicios, según la evaluación del plan, «ha de vincularse al planteamiento a realizar sobre la articulación de la red de exclusión en el territorio desde la colaboración entre atención primaria y secundaria y su descentralización, con situaciones distintas en Araba, Gipuzkoa y Bizkaia». Artolazabal también abogó por avanzar en la regulación de los servicios y prestaciones económicas, priorizando la adecuación del decreto de centros residenciales, cuyo proceso ya se ha iniciado.
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