«Suena el móvil en clase y resulta que la que llama es una madre»
Los profesores conviven con «la pelea» diaria de que sus alumnos dejen aparcados los móviles por unas horas. «Cada vez les cuesta más no mirarlo»
La «pelea diaria» que se establece entre los alumnos, los colegios y el uso de los teléfonos móviles «daría para escribir un libro», según ... destacan diversos profesores consultados por este periódico. «Suena el móvil en clase y resulta que la que llama es una madre, a pesar de que sabe que el hijo está en clase», relata una profesora. «O chavales a los que llaman o escriben amigos para contarles cómo han hecho un examen... Quitamos móviles todos los días», comentan los responsables educativos. «Y mira que saben que no los pueden traer...». «Solo estoy mirando» es una de las frases más recurrentes entre quienes son pillados con el dispositivo en la mano. «Me ha saltado el BeReal– una aplicación que premia la foto al instante–», «es que va a hacer un directo X y quiero verlo», son algunas de las situaciones frecuentes que tienen que sortear. En el otro lado de la balanza, problemas de «imágenes fuera de tono que afectan a un compañero» o «encuestas de mal gusto sobre compañeros en la que pueden llegar a incluir a profesores». Y todo a golpe de click.
Decálogo para el buen uso del móvil
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1 Dar ejemplo. Los adultos tenemos que ser ejemplo de eso que le pedimos a nuestros hijos, tenlo en cuenta.
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2 Límites. No tengas miedo a poner límites. Es mejor pocas medidas pero firmes.
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3 No es un dispositivo para todo. No utilizar como despertador, agenda, etc.
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4 Horarios. Establecer horarios (tanto para su uso como para el envío de mensajes). Limitar o silenciar las notificaciones
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5 ¿Dónde no? Delimitar zonas y nombrar zonas sin dispositivos en el hogar.
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6 Prioriza la relación cara a cara. Si no te atreves a decírselo en persona, no lo digas por teléfono. Respeto siempre.
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7 No es un regalo. Es un dispositivo dado para usar que no conviene utilizar como regalo. Tampoco sirve en todos los conflictos.
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8 Aplicaciones de control parental. Family link y similares. No son la solución para poner límites: la clave es la comunicación.
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9 Comprensión. Mostrar interés en entender por qué lo consumen es importante para ellos.
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10 Amabilidad. Sé amable con uno mismo: sentirse culpable no ayuda.
Así, los profesores llegan a considerar los dispositivos móviles como «una auténtica bomba de relojería» en un momento vital como es el de la adolescencia, «en la que todo hierve por dentro». Lo que más se resiente son «las relaciones interpersonales» y sus futuras consecuencias que pueden, en sus casos más graves, derivar en casos de bullying y ciberacoso. Además, están los problemas de concentración y atención que se han agudizado. «Están tan acostumbrados a estímulos cada poco tiempo que luego se hace muy difícil retener su atención para analizar un texto, leerlo, comprenderlo, escuchar a sus compañeros o estar quieto y en silencio», indica Iñaki Urretabizkaia, coordinador de identidad en Jesuitak Donostia.
Lo más habitual es que cada clase tenga su propio grupo de WhatsApp puesto en marcha por los propios estudiantes pero ajenos, en realidad, al control de los centros educativos, que ni los promueven ni los alimentan, pero los sufren. También suelen crear uno por curso, y a partir de ahí, todos los que se les ocurra. El problema es que, en algunos casos, pueden perjudicar la convivencia en el aula.
Los grupos de WhatsApp de clase y curso pueden generar tensiones fruto de las relaciones de los propios alumnos
«Somos conscientes de que existen, les intentamos inculcar que no dejen a nadie fuera, porque pueden hacer daño. En general, lo de los grupos generales para cada clase lo respetan, luego ya hacen sus subgrupos», cuenta Marina Aranzabal, directora del instituto Lizardi en Zarautz. «Enseguida percibes cuándo hay un problema de convivencia en la clase, y muchas veces están relacionados con el uso del Whatsapp», dice Joseba Alkiza, director de Santo Tomas Lizeoa. «Son más frecuentes los desencuentros en los primeros cursos de Secundaria, a partir de ahí se mitigan bastante». «Hemos tenido algún problema muy puntual de acoso. Con estos temas estamos muy alerta», confiesa Paki Sarabia, directora de Altzako Herri Ikastetxea. Además, pone el foco en los grupos que forman las propias familias. «Ojo con los grupos de padres, que también tienen su cosa».
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