Pacto por un uso crítico de la tecnología
Racionalización. ·
Los centros vascos creen que se debe analizar dónde y para qué utilizar pantallas, sin frenar la alfabetización digital, idea que Educación recoge en un Plan que publicará este cursoLa reflexión está sobre la mesa de la comunidad educativa, motivada en buena parte por la preocupación de las famlias. ¿Nos hemos pasado en el ... uso de las tecnologías en el proceso de enseñanza-aprendizaje? Y la pregunta consiguiente: ¿Sería bueno dar marcha atrás y volver al papel? Estas inquietudes se han visto alimentadas por titulares provenientes de países referentes en Educación. El Gobierno sueco, por ejemplo, está frenando la inversión en pantallas y promoviendo el uso de libros de texto, buscando un equilibrio entre lo digital y lo tradicional.
Sin embargo, Euskadi tiene claras las ideas. Primero porque el uso de las tecnologías ha tenido estos últimos años una implantación mucho más moderada que en los países nórdicos y, segundo, porque el debate ya se ha producido entre instituciones y expertos, arrojando una tesis compartida: la alfabetización digital debe seguir su curso siempre y cuando se analice cuándo y para qué se utiliza la tecnología.
Con esta tesis ultima el Gobierno Vasco el Plan de Digitalización y la Estrategia de Inteligencia Artificial en el Sistema Educativo (Adimen Digitala Hezkuntzan), que marcarán la transformación digital del sistema educativo en su conjunto. Fuentes del departamento de Educación explican que «el plan combina una dimensión tecnológica (infraestructuras, conectividad, inteligencia artificial, realidad aumentada, análisis de datos) con una dimensión humana (competencias digitales éticas, inclusivas y responsables), y fija principios como la equidad digital, la ciberseguridad y el uso crítico y seguro de la tecnología». Este documento verá la luz este curso y servirá de guía para unos centros educativos que secundan el gran pacto vasco por un uso crítico de la tecnología.
En paralelo, Educación también ha elaborado junto con Elhuyar la 'Guía para el uso de la Inteligencia Artificial en el ámbito educativo', un documento dirigido al profesorado de todas las etapas que ofrece orientaciones prácticas y reflexiones sobre cómo integrar la IA en el aprendizaje, siempre desde una perspectiva ética y pedagógica. La guía se ha desarrollado con la colaboración de Berritze Nagusia, Tknika y un grupo de docentes expertos en TIC, y se apoya en evidencias científicas y recomendaciones internacionales
El presidente de la federación de directores de la escuela pública vasca (Heize), Iñigo Salaberria, defiende que «no es una cuestión de pasar a una escuela sin pantallas. Entre otras cosas, porque uno de los quehaceres de la escuela pública es la alfabetización digital para que no exista una brecha entre quienes salen preparados para afrontar un mundo digital por los medios de los que han dispuesto, y los que no».
El matiz que viene a continuación encierra la clave del asunto. Reconoce Salaberria que lo anterior «no significa que las pantallas se utilicen en cualquier lugar y de cualquier modo. Tenemos que construir un uso crítico de la tecnología. Racionalizar su uso». Añade a la reflexión el elemento empírico cuando concluye que «el cambio, allá donde se haya producido, no responde a una cuestión de modas, sino a los resultados obtenidos. Puede ser que se haya recurrido a la tecnología para ciertas actividades y que los resultados no hayan sido mejores, por lo que se vuelve al sistema anterior».
De la fascinación a la razón
La directora del instituto público Lizardi de Zarautz, Marina Aranzabal, puntualiza que «nunca hemos abandonado el papel en la enseñanza». Y relata un proceso que explica, en parte, el debate. «Cuando empezamos a disponer de recursos digitales, tal vez los utilizamos sin saber del todo bien cómo hacerlo. Después llegó la pandemia y recurrimos a la tecnología por pura necesidad. Fue entonces cuando nos percatamos de que era muy importante saber utilizar esas herramientas debidamente en función de los fines pedagógicos pretendidos. El departamento de Educación ha proporcionado formación y en ese sentido hemos avanzado mucho. Tenemos más claro cuándo utilizar medios digitales y cuándo no».
Cita ejemplos concretos. «Para trabajar la comprensión lectora, tanto en castellano como en euskera, los alumnos utilizan el papel. Leen en soporte físico y escriben preguntas también en papel, porque tienen que aprender de esa manera. Pero, al mismo tiempo, también se les tiene que enseñar a realizar debidamente la lectura digital y para eso hay otras estrategias. Tienen que saber interpretar los contenidos en la red y no perderse por los multienlaces. Por ejemplo, saber discernir que cuando buscan una noticia, la primera que les sale no tiene por qué ser la más apropiada. Es otro tipo de lectura y para ello necesitamos herramientas digitales».
Jabi Luengo es responsable TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) del colegio Herrikide de Tolosa, pionero en la innovación pedagógica. Incide en la importancia de elegir y acotar el ámbito de las tecnologías «para recurrir a ellas cuando te dan un plus, no cuando no aportan o incluso pueden ser una distracción». Arroja más ejemplos. «A la hora de abordar ciencias o pseudociencias, la tecnología amplía el abanico de posibilidades. Hace poco, sin ir más lejos, trabajos cuestiones de astrología. Pero hay otros momentos en los que toca hacer lectura, en papel y en silencio. O en disciplinas como el arte o la música. En el proceso creativo, a mí me gusta el folio en blanco, y que en trabajos de grupo cada uno aporte y participe vertiendo ideas. Me parece más eficaz».
Luengo comparte la reflexión de Aranzabal. «En el momento del boom de los ordenadores todos vivimos una especie de fascinación, como ocurre con el amor. Luego te das cuenta de que hay cosas para las que no hace falta la tecnología, como pasa con toda innovación. Ahora el uso está más racionalizado».
Su homólogo en Arizmendi Ikastola de Arrasate, Aritz Oianguren, se refiere asimismo a ese proceso prueba-error. «El objetivo es adaptar el uso de la tecnología al servicio del bienestar de profesores, familias y alumnos basándonos en evidencias y experiencias. Las herramientas digitales deben dar un valor añadido al proceso enseñanza-aprendizaje, tienen que respetar el proceso evolutivo de niños y niñas y ayudar a crear contextos inclusivos. En definitiva, debemos hacer un uso consciente, responsable y ético de las tecnologías».
Arizmendi Ikastola es uno de los centros implicados en el proyecto que ha emprendido la red Ikastolak con el reto de elaborar un marco tecnopedagógico para graduar la competencia digital en cada etapa educativa. Junto a expertos de la facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de Mondragon Unibertsitatea, diseña un documento que estará finalizado en mayo del año que viene, con estrategias para trasladar a las aulas buenas prácticas en este ámbito.
Perfil del profesorado
El profesorado es, en cualquier caso, parte imprescindible a la hora de tomar decisiones en cada momento, tal y como revela Oianguren. «El pefil del docente tiene que ser analógico-digital y tratamos de formar para que así sea. Esto se traduce en la capacidad para elegir una herramienta u otra en función de la necesidad, teniendo en cuenta criterios básicos como el valor añadido que puede dar la tecnología, la edad y el proceso evolutivo del alumnado o la respuesta a la inclusividad y la diversidad».
En definitiva, el sistema educativo vasco rehúye la dicotomía excluyente entre lo analógico y lo digital. Tal y como explica el director de Aldapeta María, José Eizmendi, «nuestro modelo es un mixto, con un equilibrio entre lo digital y lo analógico al que no hay que tenerle miedo, entre otras cosas porque el modelo está en un proceso de revisión constante. No se trata, pues, de mirar atrás. Que en otros países hayan adoptado medidas de reducir el uso de pantallas tiene que ver con su tipo de modelo educativo, no con lo nocivo de las tecnologías».
«Lo digital no altera la atención; el problema surge cuando se suman las redes sociales»
No hay conversación sobre los usos adecuados de las tecnologías en la enseñanza que no acabe aflorando la cuestión de internet y las redes. «Lo digital no altera en sí mismo la atención de los alumnos. El problema surge cuando se le suma el componente de las redes sociales», advierte José Eizmendi, director de Aldapeta María. Coinciden todos los agentes educativos consultados. La directora del instituto Lizardi, Marina Aranzabal, añade que «la preocupación que nos llega por parte de las familias tiene que ver con el peligro de las redes. De hecho, a padres y madres se les imparte formación en el propio colegio para que caigan en la cuenta de dónde están los riesgos». El responsable TIC de Herrikide, Jabi Luengo, añade que «las adicciones y las tonterías pueden llegar de las redes y los ordenadores del centro están configurados con un software que limita los accesos», mientras que su homólogo en Arizmendi Ikastola, Aritz Oianguren, reconoce que «las familias muestran mayor preocupación por el uso de pantallas fuera del aula».Según datos de Educación, el 85% de los colegios de Primaria ha establecido una prohibición absoluta de los dispositivos móviles en sus instalaciones. En Secundaria, lo ha hecho aproximadamente la mitad de los centros, mientras que el resto permite su uso con fines pedagógicos bajo supervisión docente. En Bachillerato, el 60% ha adoptado esta última decisión y en FP, el 70%. Ningún centro ha optado por el uso libre de los dispositivos.
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