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Iñigo Urrutia, Aldezle de la UPV/EHU, en el campus de Leioa junto a la bola del mundo. Mireya López
«Que un alumno use la IA para un trabajo no es plagio, pero sí lo sancionaría como fraude académico»

Iñigo Urrutia

Aldezle de la UPV/EHU
«Que un alumno use la IA para un trabajo no es plagio, pero sí lo sancionaría como fraude académico»

«En la universidad conviven cerca de 15.000 personas, que haya conflictos y roces entre ellas es algo natural», dice

Eneko P. Carrasco

San Sebastián

Viernes, 18 de abril 2025, 23:59

La principal responsabilidad de Iñigo Urrutia (Maruri-Jatabe, Bizkaia, 1966) en la UPV/EHU es la de mediar en los conflictos. En la universidad pública vasca conviven a diario cerca de 15.000 personas entre sus diversos campus y el año pasado, de todas ellas, 156 tocaron la puerta de su oficina. «Algunos consideran que se han vulnerado sus derechos. Yo estoy para escucharles y para intentar encontrar una solución», apunta este experimentado profesor de Derecho Administrativo. Él es el Aldezle. La palabra viene del euskera y en castellano significa 'defensor'.

- Este año, entre consultas y quejas, han acudido a su oficina 156 personas. ¿Son muchas visitas?

- No, no es un número excesivo. Diría que está en la media, aunque es cierto que en 2024 ha habido un ligero repunte, pero no lo considero reseñable. No ha sido un año especialmente conflictivo, aunque sí que se ven algunas tendencias que se van consolidando.

- ¿Se refiere a quejas recurrentes?

- Sí.

- ¿Cuáles son?

- Por ejemplo, en el caso del alumnado suelen estar relacionadas con temas de disconformidad con las calificaciones y los procesos de evaluación.

Quejas recurrentes

«Los alumnos que vienen a protestar lo suelen hacer por las calificaciones o por los procesos de evaluación de los profesores»

- La relación entre el alumno y el profesor es diaria. ¿Se suelen dar muchos roces?

- No hablaría de muchos. Sí que es cierto que este último año, como en anteriores también, se han planteado algunas cuestiones relacionadas con la disciplina. Hablo de estudiantes que llegan tarde, por ejemplo. Pero en una organización tan grande como la UPV/EHU es normal que haya roces. El conflicto, para mí, es consustancial a las organizaciones. La cuestión es cómo enfocar esas tensiones.

- ¿Cómo lo hace?

- En primer lugar, para mí el último recurso es acudir al regimen sancionador de la universidad. Antes de esto tengo que explorar el resto de alternativas.

- ¿Se ha encontrado con casos de jóvenes y profesores que ya no pueden ni verse?

- Bueno, es cierto que este tipo de situaciones se pueden dar. También es verdad que esto no es lo habitual en la UPV/EHU. Con todo, hay veces que un conflicto entre dos personas puede llegar a un nivel de intensidad realmente grande.

- ¿Qué hace en esos casos?

- Para este tipo de situaciones la universidad también tiene un órgano que es el de la comisión de convivencia. Es otro modo de buscar un tipo de mediación que ayude a rebajar la tensión entre las partes. Pero, insisto, la última bala siempre tiene que ser la de usar el poder disciplinario de la universidad.

Servicio consolidado

«En estos 15 años de andadura hemos mediado en más de 1.500 situaciones que afectaron al personal de la UPV»

- ¿Cuál es el campus más conflictivo?

- Las estadísticas no dan datos muy fiables para dar una respuesta exacta. En 2024 sí que han venido más casos desde Bizkaia, pero tampoco en una proporción reseñable.

- Hay miles de alumnos. ¿Cómo se abordan los problemas que puedan surgir entre ellos?

- Hay varias maneras de lidiar con estos asuntos. Existen servicios con los que yo me coordino, como puede ser el de Igualdad, por ejemplo, que trabajan a las mil maravillas. Este último servicio tiene un protocolo muy intenso para temas de género y demás.

- ¿Y en casos en los que haya indicios de acoso entre alumnos?

- Yo me abstengo. En ese tipo de situaciones el órgano competente es la comisión arbitral de la universidad, que se creó específicamente para este tipo de situaciones. No son muchos casos los de este tipo, pero se suelen reconducir a través de esta vía.

- En la memoria anual de 2024 usted se refiere a un potencial problema del corto, medio y largo plazo: la inteligencia artificial. Si un alumno la usa, ¿es plagio o no?

- No, para mí no lo es.

Nueva Ley de Convivencia Universitaria

«Limita nuestra capacidad para tipificar las infracciones. Eso denota desconfianza hacia nosotros»

- Por lo tanto, ¿anima a los alumnos a usar la IA en sus trabajos?

- No, no, no estoy diciendo eso. Para mí la IA es un recurso interesante y que se puede utilizar en clase como acercamiento al conocimiento, pero no como si fuera material propio. Al final, analizando un poco la cuestión, la conclusión a la que llegamos fue que los productos de IA no se pueden considerar plagio porque la normativa de propiedad intelectual a quien protege es al autor, ¿verdad? En este caso no lo hay. Todo esto lo digo teniendo en cuenta la legislación en vigor, a pesar de que hay un caso relevante pendiente de resolución en Estados Unidos sobre este tema.

- Entonces, ¿cómo se puede regular su uso en la universidad?

- Si hay una sanción, debería ser por fraude, porque insisto en que nadie puede utilizar la IA como si fuese su propio material. Lo que no podemos hacer es dar la espalda a esta tecnología. Por ello, yo he propuesto incluir su uso en las guías docentes.

- ¿Cómo llegó a su despacho este problema?

- Todo vino tras una consulta del Consejo de Estudiantes de la UPV, porque estaban preocupados de que en algunos casos se había sancionado a algunos alumnos por haber utilizado esta herramienta. Mi recomendación al rectorado es que se incluya en las guías docentes como un fraude académico.

- ¿Suelen hacerle caso con sus propuestas y recomendaciones?

- Sí, yo diría que en el 90% de las veces, más o menos, los órganos con poder ejecutivo tienen en cuenta mis recomendaciones y entienden que son correctas. El Aldezle no tiene poder para tomar decisiones, pero sí para influir en los diversos órganos de decisión en la manera de ver las cosas sobre determinado punto. Si alguno no está muy familiarizado con la figura del Aldezle, le diría que es parecida a la del Ararteko.

- El servicio del Aldezle se puso en marcha hace 15 años. ¿Siente que se han consolidado?

- Sí, sí. En todos estos años hemos recibido a más de 1.500 personas con sus dudas, quejas, enfados y demás preocupaciones. Son muchas situaciones a las que hemos tenido que hacer frente, pero lo más importante es que la gente ya nos conoce y sabe que puede contar con nosotros. Hablo de los alumnos pero también de los trabajadores y los vicerectores o directores de departamento, décanos...

Acoso entre alumnos

«En esos casos yo me abstengo. Existe una comisión arbitral de la universidad que se creó para estas situaciones»

- La UPV/EHU estrenó en enero nuevo rectorado. ¿Van a confiar en usted?

- Bueno, en este caso ellos no son los que deciden quién es el Aldezle. Es el claustro el que tiene la potestad para votar y elegirlo a través de una mayoría. No dependemos del rectorado y eso está bien, porque nos da independencia a la hora de actuar, ya que a veces nos toca tratar con ellos asuntos algo desagradables. Incómodos.

- En 2024 ha recibido numerosas quejas del personal técnico, de gestión y de administración y servicios sobre los procesos de estabilización de la plantilla. ¿Se han dado momentos de fricción?

- Sí. Es verdad que en algunos departamentos el volumen de trabajo es muy importante y eso sí que ha creado momentos de tensión. En los últimos años no ha habido procesos selectivos y, entonces, se ha ido consolidando un grupo de interinos importante.

- Pero la normativa europea ha empujado ahora a consolidar el trabajo de estos profesionales.

- Sí. La UPV/EHU ha llevado a cabo un proceso muy complejo de estabilización. Teniendo en cuenta la cantidad de trabajadores de la que estamos hablando, yo creo que ha funcionado muy bien. Sin embargo, en el resultado final luego siempre hay servicios que quedan más fortalecidos, y otros que salen menos fortalecidos. Tampoco ha habido excesivas quejas.

- En el seno de la universidad no ha gustado la ley de la convivencia universitaria. ¿Por qué?

- Porque limita la capacidad de la UPV a la hora de intervenir en la tipificación de las infracciones. Por ejemplo, a diferencia de las novatadas, las conductas vejatorias no son consideradas como grave menoscabo hacia la dignidad de las personas, por lo que no pueden ser sancionadas. Se podría haber hecho otra forma, mi sensación es que detrás de esta ley hay una desconfianza de los poderes públicos sobre la universidad.

- ¿Por qué no confían en ustedes?

- Viene de lejos, pero tal vez sea una pregunta que deban responder los poderes políticos. Creo que se nos debería dar más autonomía.

Entrevista a Iñigo Urrutia

«Cada vez preguntan más por la cotización de las prácticas»

Entre los asuntos que más preocupan a los estudiantes de la UPV/EHU, este último año han emergido con fuerza las condiciones laborales en las que se llevan a cabo las prácticas que normalmente desarrollan en los últimos cursos. Es una etapa crucial porque supone su primera toma de contacto con el mundo laboral.

- ¿Ahora los jóvenes se preocupan de cuestiones que antes no estaban encima de la mesa?

- Bueno, es verdad que este año podríamos catalogar de novedosas las consultas sobre la cotización de las prácticas. Han venido en varias ocasiones a preguntar si las prácticas daban derecho a un alta en la seguridad social.

- ¿De alguna facultad en concreto?

- Ha habido planteamientos en relación a la de Medicina. Es sabido de sobra que los últimos años en estos estudios son muy importantes y los alumnos querían saber si tenían que cotizar en la seguridad social.

- Así lo exige la ley, ¿verdad?

- Sí, la nueva normativa exige dar de alta en la seguridad social a todos los alumnos que hagan prácticas. Bajo mi punto de vista, creo que en ese punto hemos avanzado. Ahora bien, desde la perspectiva de la gestión administrativa es otra cuestión. En los últimos cursos prácticamente todos los alumnos hacen prácticas y esto puede llegar a complicar un poco el proceso de gestión.

- ¿Pudieron solucionar los problemas planteados por los estudiantes de Medicina?

- Sí. Hablamos con la facultad y se solucionó todo muy rápido.

- ¿En qué porcentaje se han dado este tipo de preguntas entre los alumnos?

- Un 14% de sus planteamientos han sido sobre la cotización de las prácticas. Otro volumen importante ha sido el de los relacionados con las evaluaciones docentes, con un 32%.

- ¿Los estudiantes son cada vez más conscientes de sus derechos?

- Sí, es indudable. Ahora bien, lo que no sé es si son tan conscientes de sus obligaciones... (Risas)

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