Euskadi gestiona la llegada de 7.600 alumnos al año con el curso empezado

De estos 7.600 alumnos, el 60% (4.600) aterrizó en las aulas de la red pública y el resto, el 40% (3.000), en la concertada. «El periodo ordinario de matriculación en Euskadi arranca en febrero y acaba en abril. Todo lo que se sale de este marco, es matrícula viva», aclaró Ubieta, quien agregó que «ahora, para cambiar de centro, hace falta cumplir unos requisitos, cosa que no pasaba antes». En estos casos, se refiere a chavales «que llegan al País Vasco del extranjero o de otras comunidades autónomas, de alumnos autóctonos que han tenido problemas de convivencia en su centro educativo...».

Asimismo, Ubieta puso en valor el trabajo que está haciendo el Gobierno Vasco en su afán de evitar la segregación escolar, una vez que ayer saliera a la palestra que Euskadi es, tras Cataluña, la comunidad autónoma que más segregación escolar tiene por origen migrante. «En primer lugar, no cabe ninguna duda de que este reto -evitar la segregación escolar- es ambicioso y complejo», expuso. En este sentido, destacó que desde que el Departamento de Educación implementó los índices de vulnerabilidad y la reserva de plazas para alumnado vulnerable en 2023 «se están empezando a ver los primeros resultados, aunque no les queremos dar excesivo valor, porque es una muestra pequeña, de dos periodos de matriculación -23/24 y 24/25-. Nosotros trabajamos para la educación de la próxima década».

En un gráfico, Ubieta diseccionó esos efectos de las medidas del Gobierno Vasco y desgranó que el año pasado, a nivel de Euskadi, «se pasó de tener que mover al 48% de los alumnos vulnerables para conseguir una situación equilibrada entre alumnos vulnerables y no vulnerables, a un 41% tras las medidas correctoras en materia de reserva de plazas -tras la publicación de las listas provisionales-». Los datos del ISEI-IVEI también hacían referencia a Gipuzkoa, territorio en el que ese índice de disimilitud -porcentaje de alumnado vulnerable que hay que cambiar de centro para que no exista segregación- bajó, tanto en 2023 como en 2024, del 45% al 41% y del 42% al 39%, respectivamente. «Somos conscientes de que no estamos en ese 20% que significaría tener una segregación baja, pero vamos en esa línea».

Los pobres e inquietantes resultados académicos de los estudiantes vascos de 15 años que alumbró el informe de PISA en diciembre de 2023 fueron también parte importante de la comparecencia de Ubieta. «No vale cerrar los ojos y decir, 'ya está, esto no vale'. No», indicó, pero también matizó que «los datos de PISA son lo que son. Ni es la Biblia ni tampoco son muestras muy amplias...», y explicó que, «por si no lo sabéis, obtienen estos datos mediante cuestionarios largos y complicados. Vale, los resultados están ahí y hay que tenerlos en cuenta... Pero eso sí, entre comillas».

Al igual que hiciera el jueves Lucas Gortazar, el experto de Esade, el director del ISEI-IVEI también aludió a que «los estudiantes de niveles socioeconómicos más bajos -cuya incidencia en la población vasca es cada vez mayor- tienen resultados académicos, de media, más bajos». En este contexto, Ubieta se refirió a «la igualdad de oportunidades para todos los estudiantes, y eso no significa que haya que destinar los mismos recursos a todos, porque eso no sería equidad educativa. No todos los críos tienen las mismas necesidades».