Educación presenta hoy su plan para la organización del final de curso presencial desde este mes

Educación ha trabajado, siempre en contacto con el Departamento de Salud, en el diseño de un retorno limitado a las aulas durante el tramo final del presente curso escolar. Algunas de esas medidas ya se conocen porque fueron avanzadas por la consejera Cristina Uriarte el pasado 22 abril en la presentación del plan global para el final del curso escolar en el que se contempla el retorno a la actividad presencial del alumnado de 4º de ESO, los dos cursos de Bachillerato, así como el alumnado de FP que cursa 1º en sus diferentes grados. También contempla que los alumnos que se van a presentar a la Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) puedan acudir hasta el 3 de julio para preparar la prueba.

Otra de las posibilidades que Educación ha barajado, y que posiblemente dará a conocer, es la oferta asistencial en haurreskolak. Que estos centros, en determinadas condiciones, atiendan a niños de 0 a 2 años para favorecer la conciliación de las familias en las que los padres tengan que trabajar o cuidar a dependientes.

En la reunión de esta mañana, los sindicatos trasladarán su descontento con cómo el Gobierno Vasco está gestionando la crisis sanitaria en el aspecto educativo, principalmente con el hecho de que muchas de las decisiones adoptadas las han conocido a través de los medios de comunicación. «Es una política de hechos consumados», denuncian porque la convocatoria para el encuentro les llegó el martes por la tarde. Las centrales mayoritarias en el sector -ELA, Steilas y LAB- no acuden en bloque, ni se han puesto en contacto para consensuar entre ellas sus demandas, pero lo cierto es que sus reivindicaciones son prácticamente las mismas y lo mismo ocurre con los planteamientos que proponen de cara al futuro. Abogan por priorizar la seguridad sanitaria al pensar en el retorno.

Una de las medidas con la que los sindicatos se muestran especialmente críticos es con la posibilidad de abrir las haurreskolak para aquellos niños entre 0 y 2 años cuyos progenitores trabajen durante esta situación de crisis sanitaria fuera de casa y no puedan conciliar.

Desde ELA, Miren Zubizarreta señala que «los problemas de conciliación que genera la vuelta al trabajo se están gestionando en función de los intereses de las empresas privadas, en lugar de tener en cuenta las necesidades de nuestros hijos e hijas». Aitor Idigoras, de Steilas, señala que «ese tipo de conciliación debe ser responsabilidad de las empresas y por tanto ellas deben gestionarlas. La escuela no se debe ver afectada por la falta de sensibilidad de terceros». «No se tienen en cuenta las cuestiones pedagógicas y emocionales», añade Irati Tobar, de LAB.

Otro aspecto que denuncian de esta medida se refiere a las distancias sociales porque «es imposible que los menores las mantengan, y tampoco es posible coger a los niños con mascarillas, pantallas protectoras o guantes». Miren Zubizarreta indica que es necesario mantener «una distancia mínima de dos metros entre trabajadores y alumnado», medida que conlleva a otra de las demandas comunes, reducir radicalmente las ratios del número de alumnos por aula.

Para que cada trabajador esté perfectamente pertrechado para evitar el contagio, las tres centrales también plantean en sus respectivas recomendaciones la urgencia en evaluar los puestos para conocer qué medidas de seguridad necesitan.

LAB incide en que mucha responsabilidad del fin de curso se ha dejado a los equipos directivos, que «han tenido que adaptar el currículum, los criterios de evaluación e incluso la gestión de EPIs para el personal de limpieza». «Es necesario un cambio de gestión», señala Idigoras desde Steilas, «los directores tienen mucha incertidumbre y la escuela virtual no es un sustitutivo. Ahora la escuela está en la UCI».