Un hombre cierra Disneyland Paris para casarse con una niña de 9 años y acaba detenido

Disneyland París fue escenario este sábado de un inquietante intento de celebrar una boda ficticia entre un hombre de 22 años y una niña de apenas 9. El evento, que supuestamente iba a ser una celebración privada y exclusiva en el parque, fue cancelado de inmediato por el personal de Disney al percatarse de la edad de la «novia». Cuatro personas han sido detenidas y se investiga si se trataba de una simple puesta en escena o de un posible intento de delito más grave.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del sábado 21 de junio, durante un horario reservado a eventos privados. Según ha informado Le Parisien, un ciudadano británico había solicitado la privatización del parque para celebrar su supuesto enlace matrimonial. Sin embargo, al llegar la menor —de nacionalidad ucraniana—, los trabajadores del parque activaron rápidamente los protocolos de seguridad, alertaron a la policía y suspendieron la ceremonia.

Según confirmó Disneyland París en un comunicado, el evento fue cancelado tras detectar «importantes irregularidades». Además, la empresa presentó una denuncia ante las autoridades competentes.

La Fiscalía de Meaux informó que cuatro personas fueron puestas bajo custodia policial: el supuesto novio, británico de 22 años; la madre de la niña, una mujer ucraniana de 41 años; y dos ciudadanos letones de 55 y 24 años. Aunque no se detectaron signos de violencia ni coacción hacia la menor, los primeros resultados de la investigación apuntan a que se trataba de una representación escenificada y no de una boda real.

«La menor no ha sufrido ninguna agresión ni actos forzados. Todo indica que se trataba de una escenificación con figurantes», explicó la fiscalía en un comunicado. Según esta versión, más de un centenar de personas participaron como extras en lo que se habría presentado como una grabación audiovisual.

A pesar de estas declaraciones, las autoridades mantienen bajo custodia al supuesto novio y a uno de los ciudadanos letones, bajo cargos de estafa y blanqueo de capitales. Se sospecha que la organización del evento habría utilizado documentos o declaraciones falsas para acceder a la privatización del parque.

Fuentes cercanas a la investigación revelaron que el hombre afirmó ser director de una productora y que todo formaba parte de un rodaje. Sin embargo, tanto los testigos como el personal del parque afirman que en ningún momento se informó de que se trataba de una filmación. «Todos creíamos que íbamos a asistir a una boda real», relató uno de los presentes. «Cuando vieron que la novia era una niña, lo cancelaron todo. Fue impactante».

El caso continúa bajo investigación, mientras crece la preocupación por el uso de espacios públicos y comerciales para actos que podrían ocultar fines ilícitos o peligrosos. Disneyland París, por su parte, ha reiterado su colaboración total con las autoridades y su compromiso con la seguridad de sus visitantes.

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