Condenado por abusar de sies jornaleras: «Si quieres trabajar, follamos»
El acusado obligaba a las víctimas a mantener relaciones sexuales no deseadas porque dependían del trabajo que les ofrecía
Un capataz de origen marroquí que captaba a mujeres extranjeras en situación irregular para trabajar a cambio de practicar sexo con él. Es el caso que se a juzgado en la Audiencia Provincial de Murcia y que ha finalizado con una condena a Mimoune Zouhir, capataz agrícola, a penas que suman 42 años de prisión por seis delitos continuados de abuso sexual con acceso carnal y prevalimiento en una finca de Cartagena. El condenado también tiene orden de alejamiento sobre las víctimas durante cinco años una vez puesto en libertad.
La sentencia considera probado que el procesado facilitaba trabajo agrícola a sus víctimas, en su mayoría con cargas familiares en su país y carentes de apoyos cercanos e incluso desconocedoras del castellano. Además, «aprovechando la situación de dichas personas que dependían de él para su subsistencia, y de que las llevaba a solas, mantuvo relaciones sexuales no deseadas por ellas», explica en la resolución.
Los magistrados reflejan en su escrito como «valiéndose de las ventajas que le proporcionaba ser quien facilitaba trabajos a una persona sin recursos» mantuvo relaciones sexuales con compatriotas, de nacionalidad marroquí, que acudían a él en busca de ayuda para conseguir un empleo. En algunas ocasiones el procesado actuaba de intermediario entre las trabajadoras extranjeras en situación irregular y empresarios agrícolas y, en otras, las empleaba para sí en su pequeña explotación.
La sentencia afirma que el condenado estaba en una clara situación de poder, «tanto para lograr las relaciones sexuales como para que las víctimas volvieran al lugar de los hechos a trabajar». El condenado además amenazaba a sus víctimas de una «posible deportación» si no seguían sus órdenes. Numerosas pruebas así como los testimonios de las seis víctimas permiten constatar los hechos al tribunal.
Los abusos tuvieron lugar en una finca del condenado, sobre un colchón en el que se hallaron restos órgaincos del mismo y de cuatro de las mujeres. Entre otras pruebas el tribunal ha considerado llamadas telefónicas. En una de ellas se le escucha al autor expresiones como «si quieres trabajar follamos, si no, a la mierda».
El acusado lo consideró como una broma durante el jucio. El tribunal tampoco tuvo en consideración otras excusas como una posible confabulación de las mujeres contra él. Su defensa habló de trampa de las denunciantes y de venganza.
La sentencia llega a la «convicción de que la declaración de las denunciantes se corresponde a la realidad en cuanto a la existencia de una pluralidad de relaciones sexuales, en un contexto muy parecido, con las diferencias suficientes propias de tratarse de episodios y personas distintas».
