«De las máquinas de café han surgido descubrimientos científicos»

Alrededor de 300 investigadores de España, Portugal y Francia participarán a partir de mañana en el Congreso Europeo de Biofísica del Atlántico Sur Europeo (ESAB 2024), que se celebrará en San Sebastián hasta el próximo viernes. El evento, que ha sido organizado por el centro de investigación Biomagune en colaboración con el Donostia International Physics Center (DIPC), el Instituto Biofísica y la Universidad del País Vasco, se ha constituido como un esfuerzo conjunto de la Sociedad Española de Biofísica (SBE), la Sociedad Francesa de Biofísica (SBF) y las Sociedades Portuguesas de Biofísica (SPBf).

Durante tres días, los asistentes al encuentro presentarán los últimos avances en la investigación en biofísica, una disciplina «a medio camino entre la física y la biología», explica Aitziber López Cortajarena, directora científica del Biomagune y presidenta del comité organizador y científico del congreso. «Se utilizan herramientas de la física y de las matemáticas para entender los sistemas biológicos y describirlos de forma cuantitativa», añade la investigadora, que destaca los últimos avances técnicos que se han producido en el ámbito de la biofísica. «La criomicroscopía electrónica o la super resolución nos permiten ver con más precisión cómo se comportan las moléculas y cómo están estructuradas dentro de los sistemas vivos. También ha habido un gran avance técnico en resonancia magnética, en la edición genética o en la aplicación de herramientas como la inteligencia artificial».

Del congreso que empieza mañana, López Cortajarena espera que surjan ideas nuevas para avanzar en el campo de la biofísica. «Uno de los grandes valores de estos eventos es el hablar, ver qué hacen otros, compartir ideas y conectar lo que estamos haciendo. Siempre son un campo de cultivo para nuevas ideas y nuevos proyectos, y para llevarlos más allá de la frontera de conocimiento». En este sentido, destaca «la gran importancia de las máquinas de café en la ciencia», de las conversaciones y conexiones que se entablan con un vaso de café en la mano. «Esas charlas informales tras haber visto las ponencias de diferentes grupos de investigación son claves para ir a los detalles que igual no se exponen en las intervenciones más formales. De las máquinas de café han surgido descubrimientos científicos y colaboraciones para explorar nuevas ideas».

López Cortajarena, que lidera en Biomagune el laboratorio de Nanotecnología Biomolecular, goza de una sólida reputación en el campo de la ingeniería de proteínas. Su grupo está alcanzando reconocimiento mundial debido a sus contribuciones clave al diseño y desarrollo de híbridos basados en proteínas con arquitecturas y funcionalidades definidas. «Todavía no podemos generar moléculas a la carta con estructuras y funciones definidas, pero con los nuevos avances cada vez estamos más cerca y para mí sería un sueño poder llegar a eso, llegar a tener una biomolécula para curar una enfermedad o que se una a otra para hacer una actividad concreta y que a la vez nos dé una imagen, un contraste para que podamos hacer un diagnóstico».

Para alcanzar este objetivo, la inteligencia artificial se está revelando como una «técnica muy potente». «Nos acelera ciertos procesos de generación de nuevas estructuras. Es una herramienta que va a revolucionar la ciencia en diferentes aspectos, pero tenemos que ir con cuidado y no generar unas grandes expectativas».

La ingeniería de proteínas no se limita al ámbito de la salud. «También estamos trabajando en bioelectrónica, en generar sistemas basados en proteínas que sean materiales conductores, por ejemplo, para almacenamiento de energía. Además, tenemos otros proyectos para lograr procesos catalíticos más eficientes y para generar nuevas proteínas fluorescentes en sistemas de iluminación para hacer bioleds. Otros grupos de Biomagune también están trabajando en enzimas para degradación de microplásticos».

López Cortajarena es consciente de la importancia de que los investigadores realicen un esfuerzo para divulgar la ciencia al resto de la sociedad. «Estamos trabajando para que la sociedad entienda la relevancia de la investigación. Queremos que se nos apoye y que se aprecie lo que hacemos, y para eso tenemos que saber comunicarlo».