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A las puertas de la que puede considerarse la cita del año a nivel congresual, el Comité Ejecutivo de la Organización Mundial del Turismo, que se celebrará en dos semanas en San Sebastián, el Parlamento Vasco debatió ayer, precisamente, sobre el reparto equitativo de congresos públicos en los tres territorios de Euskadi.
La respuesta fue unánime y consiguió aunar fuerzas para reclamar al Gobierno Vasco una «coordinación» entre los distintos departamentos. El objetivo, realizar una distribución territorialmente «equilibrada» de sus actividades en sus diferentes sedes y así rezaba la enmienda transaccionada y aprobada por todos los grupos.
El PP puso nuevamente el tema sobre la mesa y fue la parlamentaria popular Carmen López de Ocáriz la que se encargó de recordar las conclusiones del informe elaborado por el Ayuntamiento de San Sebastián en el que se revelaba que entre los años 2015 y 2016, Bizkaia acogió un 60% de los eventos de carácter público, un 21% se fueron a Álava, y únicamente el 19% se celebraron en Gipuzkoa, cuatro puntos por debajo que en el periodo 2013-2014.
Ante este «desequilibrio», todos los grupos del Parlamento Vasco acordaron un texto en el que se insta al Gobierno Vasco a que a la hora de organizar sus eventos y determinar las sedes de los mismos, además de los criterios referidos al ahorro económico, a cuestiones organizativas, y a la accesibilidad y disponibilidad de las diversas infraestructuras, se tenga en cuenta el equilibrio territorial y se establezca una «coordinación» entre los diversos departamentos.
Asimismo, los grupos parlamentarios instaron al Ejecutivo autonómico a que constituya con carácter permanente una Comisión de Trabajo dentro de la Mesa de Turismo, integrada por las diputaciones forales, los ayuntamientos de las tres capitales y un representante de las agencias de desarrollo comarcal por cada territorio histórico, para el «diagnóstico, establecimiento y evaluación de criterios» del desarrollo del turismo Mice o de negocios.
Es por ello, que en un espacio geográfico «reducido como el vasco» consideraron «fundamental» tener en cuenta «sinergias y buscar la complementariedad entre los diferentes territorios, racionalizando las inversiones y procurando un equilibrio en las mismas».
El parlamentario del PNV, Luke Uribe-Etxebarria, se refirió a que de los casi 5.000 eventos que se celebraron en Euskadi en el periodo analizado, «solo» 420 fueron organizados por el Gobierno Vasco «y un 40% de ellos con menos de cien asistentes. De modo que ese es todo el desequilibrio», ironizó antes de dar su voto favorable al texto conjunto.
En la misma línea fueron las palabras de la parlamentaria socialista, Susana Corcuera, quien además subrayó que «la mayoría» de los eventos gestionados por el Ejecutivo «se refieren a reuniones internas, cuya repercusión turística es prácticamente insignificante».
Miren Larrion, de EH Bildu, por su parte, defendió la búsqueda de sinergias y pidió el compromiso de los departamentos en ese reparto equilibrado, pero atribuyó al Departamento de Turismo la «tarea de control» para garantizar su cumplimiento.
La parlamentaria de Elkarrekin Podemos, Edurne García, no quiso pasar por alto que estas reuniones o eventos «están dirigidos a personas de alto poder adquisitivo» e invitó a analizar todos los factores «antes de hablar de un turismo sostenible».
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